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En el selecto club que siempre soñó

  • El Sevilla, aun por la vía de los títulos, consigue hacer realidad un viejo anhelo y enlaza por primera vez dos participaciones en la fase de grupos de la Champions.

"La Champions es un objetivo estratégico, deportivo, institucional y económico que nos permitiría aumentar el presupuesto en un 30%, mientras que si logramos algún título pero no esa clasificación, sólo se aumentaría en un 10%". Esta frase la pronunció el presidente del Sevilla en abril de 2007, concretamente el 22.

Desde la época de José María del Nido, en la tercera planta del Ramón Sánchez-Pizjuán una obsesión reconcomía la conciencia de los rectores sevillistas, un ambicioso anhelo que salvo las dos temporadas de Míchel (la segunda la remendó Emery en Europa) nunca dejó de estar presente. Aquel Sevilla que ganó su primera Europa League -Copa de la UEFA todavía entonces- y que logró entrar por primera vez en la Liga de Campeones, soñaba con alcanzar una continuidad en la máxima competición continental. El entonces presidente llegó a declarar públicamente que, si bien la afición demandaba títulos, el salto de calidad real era lograr dos o tres años consecutivos disputar la fase de grupos de la Champions. Eso era lo único que podía garantizar el crecimiento como estructura que haría del Sevilla un grande de verdad.

Hoy día, aunque sea por otra vía (precisamente la de los títulos), todos están contentos. Aficionados y dirigentes ven su sueño cumplido. No para de llegar plata a las vitrinas y, al mismo tiempo, el Sevilla logra asentarse en la élite europea, en el selecto club de los equipos que repiten en el torneo de los torneos a nivel de clubes.

El Sevilla repetirá por primera vez en su historia dos temporadas consecutivas en la fase de grupos de la Liga de Campeones, algo que no pudo lograr las anteriores ocasiones que conquistó una de las cuatro primeras plazas de la Liga. La última vez cuando, tras conseguir de forma agónica en Almería con un gol de Rodri el cuarto puesto, el equipo entrenado por Antonio Álvarez cayó contra todo pronóstico en el play off ante el Sporting de Braga la temporada siguiente a la que la entidad blanca disputó la Champions por méritos propios al quedar tercero con Manolo Jiménez. Antes, el tercer puesto que también alcanzó con Juande Ramos no tuvo la continuidad en la siguiente, en la que el arahalense se hizo cargo del equipo sobre la marcha tras la sorpresiva salida del manchego.

La vía de acceso que desde hace dos temporadas instauró la UEFA tiene un solo dueño: el Sevilla. El equipo de Emery ha sabido aprovechar inmejorablemente el billete a la Champions con el que el máximo organismo continental del fútbol premia al ganador de la Liga Europa. Dos billetes para la competición que todos quieren jugar sin necesidad de acabar entre los cuatro primeros. Es verdad que la temporada 14-15 sí lo mereció con una puntuación histórica -nunca un quinto clasificado llegó a los 76 puntos-, mientras que en la que acaba de terminar los de Emery cerraron la campaña en una discreta séptima posición.

Pero lo que interesa es lo que interesa. La inyección de dinero, publicidad, notoriedad y prestigio que aporta estar presente en el mejor torneo del mundo de clubes es el gran triunfo. Eso sin contar las puertas que a sus dirigentes se les abren para, por ejemplo, negociar con futbolistas para incorporarlos. La Champions es otra historia, el Sevilla ha tenido ocasión de comprobarlo y convertirse en un asiduo es el gran sueño de cualquier club que pueda compararse a la endidad nervionense.

Y aunque no es, ni mucho menos, la única ventaja, el nivel económico que un club pueda adquirir con una continuidad en la Champions es un factor muy apreciable. En esta campaña, el Sevilla sobrepasará los 30 millones de euros en ingresos por participación en competición europea sin contar con los 12 millones que ya tiene asegurados por su presencia en la fase de grupos de la próxima edición de la Liga de Campeones, que, lógicamente, a efectos contables serán repercutidos en el ejercicio siguiente, no en el que concluye en junio.

El paso por la máxima competición el curso recién acabado, aun comptiendo en el llamado grupo de la muerte, dejó en la caja sevillista 15 millones de euros, 12 por su entrada y otros tres por las dos victorias que consiguió (1,5 por triunfo) sobre Borussia Mönchengladbach y Juventus en la primera y última jornadas respectivamente, una cifra superior a todo lo ingresado por ganar la Europa League (12,75 millones en total). Los ingresos en el torneo en el que el Sevilla es pentacampeón han sido 0,5 millones por pasar a dieciseisavos de final; 0,7 por octavos; 1 millón por los cuartos; 1,5 por llegar a semifinales y 3,5 por llegar a la final. El premio extra para el campeón fue de 6,5 millones. A todo ello hay que sumar el market pool, una figura de ingresos extras por cuota de mercado de difícil cálculo que deben repartirse los equipos de la misma Liga que disputan cada torneo europeo, de ahí que el hecho de que el Villarreal no entrase en la final y sí lo hiciera el Liverpool supusiera un pellizco más para la economía blanca.

Es una muestra de que, en una temporada mala en la Champions, un club puede superar los ingresos del campeón de la Europa League, aunque evidentemente alzar un título sea una sensación indescriptible que nadie va a quitar ya a los sevillistas, quienes, si llegaron a instaurar cierto debate entre los que preferían la Liga de Campeones o la que siempre se conoció como la Copa de la UEFA, han encontrado en estos dos años la solución ideal. La felicidad completa.

Monchi aún debe hablar con Reyes

incógnita. Una de las grandes dudas de la planificación es la situación de Reyes. El jugador está loco por quedarse, pero el Sevilla no lo tiene tan claro. "Aún tenemos que hablar con él y valorar qué es lo mejor para todos", dijo crípticamente Monchi en El Castillo de San Fernando. En la entrevista, habló así de Emery: "Es una pieza clave de nuestro engranaje. Y afortunadamente seguirá en el Sevilla y espero que por mucho tiempo".

Pareja, muy cerca de regresar al Espanyol, según 'Don Balón'

salida. Nico Pareja tiene definido su adiós. El argentino cumple contrato en 2017 y, tras su grave lesión, es difícil que renueve su contrato. El Espanyol se ha interesado por él hasta el punto de que, según Don Balón, ya está en Barcelona para firmar su nuevo contrato. Está a la espera de que el Espanyol confirme a su nuevo técnico.

Sergio Rico se incorpora a la selección en la concentración austríaca

selección. Los jugadores que disputaron las finales de Copa en España, Inglaterra, Portugal e Italia, entre ellos Sergio Rico, se incorporaron ayer a la concentración de la selección en Schruns (Austria). El meta se perderá el amistoso de hoy, pero aún tendrá la ocasión de debutar en los próximos ante Corea del Sur y Georgia antes de la Eurocopa.

Lucas Pérez, de visita en Sevilla para verse con Luis Alberto

objetivo. Lucas Pérez, objetivo del Sevilla para reforzar la delantera, fue visto ayer por Sevilla de visita. El gallego estuvo con Luis Alberto, quien espera inquieto su futuro después de que Jürgen Klopp confirmara que debe hacer la pretemporada con el Liverpool. Ambos trabaron una gran amistad en el Deportivo.

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