La proximidad de la Navidad reúne a amigos y compañeros de trabajo en las ya tradicionales comidas y cenas de estas fechas, en las que aumenta el consumo de alcohol y droga, por lo que Tráfico ha puesto en marcha una campaña que se traducirá en 25.000 controles diarios a los conductores.

Los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y de las policías locales de ayuntamientos de más de 25.000 habitantes intensificarán los controles de alcohol y drogas al volante, un factor de riesgo que causa un tercio de los accidentes mortales.

Precisamente, según informa la Dirección General de Tráfico (DGT), durante esta semana que acaba de comenzar los agentes de la Guardia Civil llevarán a cabo al menos 25.000 pruebas diarias en los diferentes puntos de control que se establecerán en cualquier vía y a cualquier hora.

Y se pondrá especial énfasis en los colectivos policonsumidores, que son aquellos conductores que se ponen al volante de su vehículo y que consumen habitualmente alcohol y drogas.

El último estudio de prevalencia de consumo de sustancias psicoactivas elaborado por la DGT durante el año 2013 concluye que conducir después de haber consumido drogas o alcohol es un hecho frecuente en España. Lo hacen 12 de cada 100 conductores.

Según Tráfico, en lo que va de año más de 84.000 conductores han dado positivo en los controles de alcohol y drogas que los agentes de la Guardia Civil han realizado en vías interurbanas.

A estas cifras hay que sumar la de los controles que realizan las distintas policías locales y autonómicas en su ámbito de actuación.

La memoria anual del Instituto Nacional de Toxicología indica que el 39,09% de los conductores fallecidos y analizados (614) por dicho organismo tenían presencia en sangre de alcohol, drogas o psicofármacos.

En el caso de los peatones analizados (173), este porcentaje asciende al 40%.

El cannabis y la cocaína son las dos sustancias más frecuentemente halladas por la Guardia Civil en los controles. El consumo simultáneo de sustancias, que se ha demostrado como un comportamiento de extremo riesgo vial, es comparativamente frecuente en nuestro país, alcanzando frecuencias en torno al 2% de los conductores aleatoriamente seleccionados.

La incidencia del consumo de alcohol y drogas en zona urbana, fundamentalmente durante los fines de semana y en determinados lugares donde la existencia de locales de ocio actúa como reclamo para los conductores más jóvenes, además de una mayor existencia de peatones, hace que la participación de todos los Ayuntamientos tenga una relevancia extraordinaria.