análisis | la temporada 2015 en la maestranza

Un año con escasa brillantez artística

  • La campaña en la plaza de Sevilla cuenta con dos salidas a hombros por la Puerta del Príncipe -Espartaco y Diego Ventura- Ferrera cuaja la mejor faena a un gran 'victorino'

La temporada en la Maestranza sevillana, que se cerró el pasado lunes con el triunfo de Miguel Ángel Delgado, quien cortó una oreja, estuvo marcada por la ausencia de cuatro figuras -José Antonio Morante de la Puebla, Julián López El Juli, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante- por el archiconocido litigio con la empresa Pagés, que comenzó allá por diciembre de 2013 cuando Eduardo Canorea descalificó a esos cuatro toreros, además de a José Tomás y a José María Manzanares. Éste último sí llegó a un acuerdo de contratación en la pasada Feria de Abril.

La crisis económica, primeramente, y las ausencias de figuras, posteriormente, han hecho estragos en el número de abonados en las últimas temporadas, lo que ha traído consigo un menor peso del aficionado, con un público más heterogéneo y, en consecuencia, una menor exigencia en una plaza que ha ido perdiendo personalidad y seriedad en este sentido.

La campaña 2015, que en su conjunto tuvo escasa brillantez, contó con dos salidas a hombros por la Puerta del Príncipe -el matador de toros Juan Antonio Ruiz Espartaco y el rejoneador Diego Ventura-.

El comienzo de la temporada deparó dos reapariciones ocasionales, la del mencionado Espartaco y la del también sevillano Eduardo Dávila Miura. El torero de Espartinas, en la corrida del Domingo de Resurrección, en su retorno y retirada, cortó dos orejas -una a cada toro- y fue sacado a hombros por un nutrido grupo de toreros por la mítica Puerta del Príncipe como tributo a su grandiosa carrera. Afloró solera en su primero y se entregó en plan espartaquista en el otro. Dávila Miura reapareció en la Feria de Abril en la corrida del 75 aniversario de la ganadería de Miura lidiando consecutivamente en Sevilla y cortó una oreja en una actuación digna.

Tres alternativas se sumaron a las efemérides citadas anteriormente, ya que fueron doctorados el espartinero Borja Jiménez, el sevillano Lama de Góngora y el pacense José Garrido; siendo el primero el único que consiguió un trofeo.

La faena de la temporada la firmó Antonio Ferrera en la Feria de Abril. El diestro extremeño sacó con solera todo el buen fondo del toro Mecanizado, de Victorino Martín, al que se le premió con una vuelta al ruedo generosa, ya que en el tercio de varas se rajó en el segundo puyazo. Desgraciadamente no la culminó acertadamente con los aceros y Ferrera, muy torero en la notable victorinada, no consiguió trofeos.

El alicantino José María Manzanares, quien asumió el peso del abono, muy arropado por el público sevillano, con cuatro tardes, rozó el triunfo, pero no redondeó, pese a que uno de los días contó con un gran lote de Núñez del Cuvillo, la ganadería más destacada. Manzanares sí rubricó la suerte suprema el sábado 18, con dos estocadas de nivel superior a toros de Victoriano del Río, que le valieron una oreja de cada astado.

En la Feria de San Miguel destacó el madrileño Alberto López Simón, quien cortó una oreja en una actuación en la que se mostró firme como una roca. Y también el camero Esaú Fernández, quien dejó de ganar un par de trofeos por el fallo con los aceros en la última del ciclo otoñal y, posiblemente, otro en la corrida del 12 de octubre.

Uno de los matadores de toros más destacados en el presente curso ha sido Manuel Escribano, quien se entregó sin reservas ante victorinos y miuras en el ciclo abrileño, jugándose el pellejo en largas cambiadas de rodillas frente a toriles y en banderillas, con pares escalofriantes, y con buenas estocadas, además de cumplir con las telas. Consiguió un trofeo en cada tarde.

Joselito Adame, Antonio Nazaré, Pepe Moral, Juan José Padilla y el ya citado Eduardo Dávila Miura cortaron una oreja cada uno. Dejaron buenas impresiones Sebastián Castella, en faena de temple y valor; Juan Serrano Finito de Córdoba, aunque se quedó en sólo apuntes al natural ante un gran toro de El Pilar, que mereció más; Daniel Luque, con el capote; José Garrido, por su garra, y Galván por su entrega. Se esperaba más de Manuel Jesús El Cid, Enrique Ponce, Iván Fandiño, Miguel Abellán y David Fandila El Fandi.

En cuanto a los novilleros, quien mejor impresión dejó fue Andrés Roca Rey -ya matador de toros-, quien cortó una oreja a cada uno de sus oponentes, cayó herido y salió a hombros por la Puerta de Cuadrillas. Pablo Aguado, Ginés Marín, Joaquín Galdós, Filiberto, Posada de Maravillas, David de Miranda y Miguel Ángel Silva consiguieron un trofeo cada uno.

En rejoneo, Diego Ventura atravesó la Puerta del Príncipe -muy holgada y generosa- por décima vez en su carrera, con una gran actuación del excelente caballo Sueño; Andrés Romero cortó dos orejas y Fermín Bohórquez realizó su última faena en Sevilla, consiguiendo el único trofeo de la matinal de rejones.

En la cantera, David Martín se alzó como triunfador con entrega y arrojo en el ciclo de promoción de nuevos valores, en cuya final compartió cartel con Juanito y Emilio Silvera.

En cuadrillas han destacado, entre otros toreros, los banderilleros Curro Javier, Curro Robles, José Chacón, Rafael Rosa, Abraham Neiro, Javier Ambel, Alcalareño, Lipi, José Manuel Montoliú, Ángel Odero, Raúl Ruiz y Fernando Sánchez y los picadores Manuel Jesús Ruiz y Juan Francisco Peña.

En ganado, el nivel ha sido superior al artístico en el conjunto de la temporada. En la Feria de Abril destacaron las corridas de Núñez del Cuvillo, la más completa y con un toro excelente, el segundo, Encumbrado, que le tocó a Manzanares. Del encierro de Victorino Martín destacaron tres astados, el ya citado Mecanizado y otros dos. Otra ganadería con buen nivel ha sido la de Fuente Ymbro, con un cuarto extraordinario, Turulato. Y también hubo toros sueltos notables de distintos hierros: Cayetano Muñoz, El Pilar, Victoriano del Río, Jandilla y Miura. En término medio, Jandilla. Y en la cara opuesta, fracasaron Montalvo y Torrestrella. Para rejones, la corrida de Bohórquez resultó noble en distinto grado y la de Benítez Cubero dio un juego desigual. En San Miguel, con Alcurrucén -juego variado- y Las Ramblas -se salvó un toro-, el nivel no fue bueno.

La crisis, la ausencia de varias figuras y el descenso del número de abonados en los últimos años ha desembocado en un menor peso de los aficionados y una rebaja en las exigencias propias de una plaza de máxima categoría. Y dentro de este contexto se ha vivido una temporada que ha tenido en su conjunto una escasa brillantez artística.

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