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Nadie gana sin un juego colectivo (99-71)

  • El Betis Energía Plus suma su cuarta derrota repitiendo los errores de jornadas anteriores.

  • El segundo cuarto fue el mejor en defensa de la campaña, pero el equipo desapareció como tal en la segunda parte.

Un lance del derbi andaluz de baloncesto.

Un lance del derbi andaluz de baloncesto. / Marilú Báez

Cuarta derrota abultada del Betis Energía Plus, que esta vez, ante uno de los equipos punteros de Europa, encontró un cierto nivel competitivo durante unos pocos minutos desperdigados entre el primer y el segundo cuarto. Pero poco más. Los béticos intentaron enmendarse tras las anteriores tres jornadas, aunque el juego colectivo desapareció muy pronto, demasiado. En la segunda mitad apenas existió. Superior, con un un banquillo sideral, el Unicaja jamás dio opción a un Betis que mostró unos tristes porcentajes en el tiro libre y en triples únicamente comparables a la de los rebotes.   

Nada buenos fueron los primeros síntomas del partido. En sólo dos minutos, el Unicaja se había ido con una pasmosa facilidad 10-0 en el marcador. Lo peor era que el equipo verdiblanco había reproducido los errores de las primeras tres jornadas: debilidad defensiva y pérdidas infantiles del balón –dos consecutivas–. Los 10 puntos malagueños, además, se repartían entre cuatro de los cinco jugadores en la cancha. Había juego colectivo. Alejandro Martínez paró el partido. Enfrente estaba el espejo donde mirarse, debió comentar el técnico bético; otra cosa eran los mimbres.

Se habían jugado dos minutos pero ya parecía un mundo. Al menos ese mismo mundo repetido en los anteriores choques de un Betis Energía Plus aparentemente conjurado. La interrupción desde el banquillo sirvió para despabilar músculos. Para empezar, una defensa en zona. A continuación, una defensa a toda pista, presionando la salida de la pelota del Unicaja. Algo habría que hacer. Y se estaba haciendo. Los esfuerzos defensivos empezaron a surtir efecto. Del 10-0 inicial se pasó a un 15-13 gracias a la labor de Anosike en la pintura. Kelly y Blanco, además, culminaban sendas jugadas colectivas. Había motivo para la esperanza.

El lunar en este primer cuarto se localizaba en las pérdidas de las pelota: Bongou-Colo y Úriz hacían lo más difícil pero el balón tomó vida en sus manos. A Kelly, para más inri, le pitaron una antiderpotiva para que los hombres de Joan Plaza volvieran a despegarse 10 puntos en el marcador después de un triple de Salin. Los recursos de Shermadini en la pintura, encelado con Golubovic, mostraban la pura realidad de un Unicaja poseedor de un sinfín de elementos para hacer daño al rival.

El Unicaja, ya en el segundo cuarto, insistía en la presión a toda la cancha en la salida del conjunto verdiblanco, que respondía con el mismo mordiente en la contención de los malagueños. Las pérdidas béticas continuaban: Bongou-Colo firmaba su tercera, cometía luego la cuarta en un partido del francés verdaderamente para olvidar. La entrada de Alfonso Sánchez en la pista iba a marcar gran parte de este periodo, el mejor en defensa de los realizados por el Betis en la presente temporada.

Pese a todo, Carlos Suárez castigaba a los béticos desde todas partes, tanto desde el interior, desde la media distancia y desde los 6,75 metros. Omnipresente y omnipotente, el ala-pívot madrileño parecía Dios frente al Betis. Pero quedaba el momento Alfonso Sánchez cuando los pupilos de Joan Plaza se despegaban 15 puntos, la máxima diferencia hasta el momento (42-27).

El jiennense, capaz de lo peor y de lo mejor, pasó de lanzar un triple al aire a robar un valioso balón para forzar una antideportiva. El ex del Unicaja mantuvo a su equipo en esos minutos. Anotó un triplazo que precedió a cometer una antideportiva. El equipo bético, pese a todo, aguantaba de pie después de haberlo dado todo en una digna primera mitad.

El inicio del segundo tiempo fue una gota de agua con respecto al del primero. Dos tiros liberados pero errados por Kelly y Boungou-Colo coincidían con sendos triples anotados por Alberto Díaz y Waczynski. El tercer cuarto comenzó con malos síntomas renovados. El Unicaja se había puesto con 22 puntos de ventaja en un abrir y cerrar de ojos y daba la impresión de que, soltado el freno, podría sentenciar a su antojo. Además, es tan infinito el banquillo de Joan Plaza.

 Si no era Nedovic era Brooks; si no era Shermadini era Carlos Suárez. McCallum tampoco quería perderse la fiesta mientras las diferencias en el marcador seguían aumentando sin prisa pero sin pausa. Un mate de Nedovic, que seguía a un triple anotado por él mismo, subía el listón a 24 puntos a falta de apenas un minuto para el final del encuentro (72-48).

El conjunto bético se había ido del partido. La señal más clara, la más ingenua, era que pretendía el intercambio de golpes ante un Unicaja que dos días antes había ganado en el mismo escenario al campeón europeo, el Fenerbahçe.

El partido estaba roto. Llegados al último cuarto, los jugadores verdiblancos estaban cada vez más lejos de la cierta disciplina de la primera mitad y se dedicaban a hacer la guerra por su cuenta. La calidad individual de los béticos, unido a que el Unicaja se exhibía como en un choque de pretemporada, hacía mantener la desventaja, que bordeaba los 30 puntos. En ese segmento anduvo en los minutos finales hasta que ambos suscribieron la paz. El descanso.  

Ficha técnica:

99 - Unicaja (28+18+28+25): Díaz (3), Díez (5), Nedovic (22), Brooks (7), Augustine (6) -cinco inicial-, Okouo (7), McCallum (14), Soluade (1), Salin (6), Shermadini (10), Waczynski (6) y Suárez (12).

71 - Real Betis Energía Plus (17+15+20+19): Anosike (12), Nelson (9), McGrath (4), Boungou-Colo (-), Kelly (16) -cinco inicial-, Alfonso Sánchez (4), Cruz (-), Uriz (7), Schilb (6), Blanco (7), Franch (5) y Golubovic (1).

Arbitros: Calatrava, García Ortiz y Sánchez Sixto. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada de la Liga Endesa, disputado en el Palacio de Deportes José María Martín Carpena de Málaga ante 7.290 espectadores. EFE

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