Era la primera vez que Balenciaga desfilaba con una colección íntegramente masculina y París, como no podía ser de otra forma, fue escogido como escenario de esta presentación. El nuevo director creativo de la maison, Demna Gvasalia, hizo un guiño a los orígenes de la casa y apostó por la sastrería, aunque, eso sí, dando un giro radical a las siluetas. El creador de la firma Vetements se centró en los extremos y presentó una colección con chaquetas oversize, en las que las hombreras y los cortes rectos se convirtieron en sus rasgos más característicos. Pero no todo fue extra grande en la primera colección masculina de Balenciaga. Gvasalia recortó los mismos patrones hasta el extremo y ofreció la versión strech de estos mismo trajes de sastre, con chaquetas ceñidísimas y pantalones pitillo por encima del tobillo.

Haciendo un guiño a la profunda religiosidad del creador de la marca, Gvasalia incluyó detalles en algunos de sus diseños que transformaban a los modelos en figuras eclesiásticas, como, las amplias blondas de encaje por debajo de las chaquetas o las estolas de seda sobre los hombros.

Además de Balenciaga, por la pasarela masculina de la Semana de la Moda de París también desfiló Louis Vuitton, en su caso con una colección en la que combinaba la inspiración africana y el espíritu rebelde del Londres más punk. Su director creativo, Kim Jones, coloreó con los tonos de la sabana sus diseños y dejó toda la importancia de la colección a los tejidos. Hubo sitio para casi todo; también para pieles exóticas combinadas con estampados animales.