Pasarela

Máxima: estilo holandés

  • A la princesa de Orange le gustan los colores ocres, marrones y rojos. Para la noche suele optar por vestidos de gala blancos con volantes y escote palabra de honor.

Guillermo de Orange era un príncipe todavía sin rumbo fijo cuando conoció a la joven argentina Máxima Zorreguieta en 1999, en la Feria de Sevilla. De inmediato, pidió a su madre que confiara en él haciendo una solemne declaración: "Se llama Máxima y es argentina. Confía en mí", dijo. Guillermo estaba enamorado, y la reina Beatriz de Holanda, que había rechazado a todas las candidatas anteriores, asintió. Poco después, hasta la soberana se ha convertido en admiradora y confidente de una Máxima a la que ha visto aprender el oficio real sin rendir su personalidad, ni la sonrisa luminosa que encandila a los holandeses. Las cámaras la quieren y ella, mucho más segura ya que en sus primeros años como princesa, se ha ganado un puesto entre las más elegantes de Europa.

Cuando acude de invitada a bodas o ceremonias reales, su estilismo es analizado con lupa. A veces, como en el enlace de los herederos de Luxemburgo, lleva conjuntos llamativos del belga Edouard Vermeulen que casi cortan la respiración. No importa. Los luce con aplomo. Con los trajes largos sucede otro tanto. Las telas son espectaculares; los volantes, incontables, y su porte, como si hubiera nacido para ser princesa. Una exposición de una veintena de sus modelos organizada en 2011 en el palacio Het Loo fue la más visitada del país. Es posible que las holandesas no se atrevan con el estilo de Máxima, amante de ocres, marrones y rojos, pero lo admiran sin reservas.

A sus 42 años y con tres hijas pequeñas (la mayor y heredera tiene sólo 10), le quedan poco más de diez días para dejar de ser princesa y convertirse en reina consorte. El día 30 será la coronación del príncipe Guillermo. Mientras se ultiman los preparativos, en los últimos días hemos visto a la princesa de Holanda en dos ocasiones, y en ambas ha elegido el mismo color para vestir: el camel.

Tan elegante como siempre, Máxima lucía en una conferencia para TCX, un traje de chaqueta camel con los bolsillos de piel, en un tono más oscuro y vestido del mismo color. A juego llevaba un bolso de mano de piel de serpiente muy similar a los zapatos. También ha aparecido con un vestido de leopardo con las manchas en negro y de fondo rojo y marrón. Y un dato importante: parece que para la princesa es imprescindible llevar el bolso y los zapatos a juego.

Otro tono que usa mucho de día es el nude o maquillaje. Para las noches, opta por el blanco roto, negro o rojo. Su enorme pamela y vestido corto mostaza para la boda de los príncipes Alberto y Charlene de Mónaco todavía es recordado. Ha sido uno de sus looks más acertados.

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