ORQUESTA BÉTICA DE CÁMARA | CRÍTICA

París está muy lejos de Esztherháza

Último concierto de la temporada de la Orquesta Bética de Cámara.

Último concierto de la temporada de la Orquesta Bética de Cámara. / Federico Mantecón

El próximo 11 de junio se cumplirán los cien años del concierto de presentación en el Teatro Lloréns de la Orquesta Bética de Cámara. Y cuatro días más tarde, en el Teatro de la Maestranza, la actual Bética lo conmemorará con un histórico concierto que debería contar con el calor y la alegría del público, pues no todos los días cumple un siglo una orquesta sevillana. Músicas tan sevillanas como las de Manuel Navarro o Font de Anta, tan andaluzas como las de Segismundo Romero y Manuel de Falla y con una cantaora sevillana del calibre de Esperanza FernándezNo se lo pierdan.

Como preludio y nunca mejor dicho, la presentación de la orquestación que ha realizado Michael Thomas del primer libro de los preludios para piano de Claude Debussy. Thomas sigue la senda de Falla de realizar arreglos para nutrir el repertorio de la Bética. Por un lado, Thomas se atiene a veces a los usos orquestales de Debussy, con atmósferas evanescentes en las cuerdas (uso frecuente de armónicos y sordinas), las chispas del arpa y los diálogos entre las maderas, especialmente en los cuatro primeros y, sobre todo, en La sérénade interrompue y en La cathédrale engloutie. Por otro, nos encontramos con una orquestación más personal, con toques extravagantes para los últimos números, muy acorde con el tono irónico de La danse de PuckMinstrels. En estos preludios se resintió el equilibrio entre secciones dado lo magro de las cuerdas, que tardaron en encontrar un aceptable empaste.Israel F. Martínez se atrevió con los dos conciertos de Haydn. Salió airoso en principio con un sonido bello, rotundo en la zona central y grave, control de la articulación y notable despliegue de agilidades. Pero ya en tercer tiempo del primero y a lo largo del segundo abundaron en exceso los problemas de afinación y la debilidad del sonido en la zona superior. Desarrolló todas las cadencias con estilo personal y en ellas se pudieron escuchar citas de Bach y de Beethoven. Fraseo blando y en exceso ligado por parte de Thomas, especialmente en un segundo concierto que quiso bascular más hacia lo galante en comparación con el fraseo más marcado del primero.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios