Rafael Cansinos. Promotor de la Fundación Cansinos Assens

"Las nuevas tecnologías parecen haber sido inventadas para Cansinos Assens"

  • El hijo del autor de 'La novela de un literato' quiere vincular el legado paterno a un proyecto sobre la Edad de Plata · La edición electrónica de 'Diarios de la guerra' será el proyecto estrella de la Fundación en este año

El novelista, traductor y ensayista Rafael Cansinos Assens vivió durante 67 años en Madrid siendo lo que Manuel Ferrand llamaba un "añorante incurable", herido de nostalgias sevillanas. Esta imagen la recupera su hijo para ilustrar la importancia de que radique en la ciudad donde el también poeta nació en 1882 el Archivo Rafael Cansinos Assens (ARCA), un tesoro literario que inicialmente iba a tener su sede en Madrid. "La constitución de la Fundación se basaba en una declaración de Bien de Interés Cultural del ARCA, necesaria para poder difundir miles de documentos cuya propiedad intelectual no nos pertenece. Nuestra sorpresa fue que lo que creíamos un mero trámite se convirtió en un infierno administrativo y la Comunidad de Madrid, que tenía que resolverlo, nos ignoró durante años", explica. La Fundación, cuyo presidente y alma máter es el escritor y crítico de arte Juan Manuel Bonet, encontró finalmente apoyos en Sevilla, donde se constituyó oficialmente el 22 de marzo de 2010. Un mes antes, el 19 de febrero, el Pleno municipal aprobó con la mayoría absoluta de los partidos representados participar en el Patronato de la Fundación y contribuir a su actividad con una subvención directa anual y un espacio cultural en Santa Clara.

-¿Qué hace falta todavía para que arranque la actividad de la Fundación Cansinos Assens en Sevilla?

-Es fundamental que se finalice la segunda fase de las obras en el convento de Santa Clara, donde estará la sede definitiva de la Fundación y el Archivo y, si es posible, un pequeño museo visitable con las piezas más relevantes de nuestra colección. Pero lo más importante para que la Fundación sea depositaria del archivo de mi padre y se consolide en Sevilla es que sea una institución segura, con un mínimo de estabilidad económica. Creo que el Ayuntamiento debería fijar un calendario razonable para sus aportaciones, y llevarlo a cabo, para que con ello se cumplan los objetivos que aprobó el Pleno municipal.

-¿Cómo ha sido el arranque de la Fundación en Sevilla?, ¿y su relación con las administraciones?

-La Fundación tiene dificultades económicas muy serias y los compromisos que había adquirido el Consistorio sevillano el año pasado no se cumplieron: no tuvimos la sede provisional prometida por los retrasos de las obras de Santa Clara y, lo que es peor, no se firmó el convenio hasta el 30 de diciembre, in extremis. La Fundación, que tenía que haber recibido a mediados de 2010 el 50% de la subvención para iniciar sus actividades, no lo ingresó hasta febrero de 2011. Y ahora estamos ya a mediados de 2011 y las cosas van por el mismo camino: todavía no nos han liquidado la segunda parte de la subvención de 2010 y no se ha firmado el convenio del 2011, con lo que vivimos en una permanente situación de inquietud con respecto al futuro. En cuanto a la Junta, sus responsables parecen muy interesados en que hagamos una solicitud de declaración de BIC del archivo de mi padre, y para ello sí me han ofrecido su ayuda porque con esa declaración se inmovilizaría el archivo en el territorio andaluz. Pero ahora la Fundación no depende de esa declaración y, por el momento, he descartado hacerla.

-Ha planteado utilizar el legado para vehicular un proyecto sobre la Edad de Plata que englobe la obra de su padre y el tiempo en el que vivió. ¿Cómo piensa hacerlo?

-He leído las declaraciones de María del Mar Sánchez Estrella [Diario de Sevilla, 29-5-2011] y parece que nuestro proyecto tendría cabida en lo que el nuevo equipo de gobierno propone para Santa Clara. Sería estupendo que en Sevilla pudiese existir un centro de estudios de la Edad Plata porque aquí sobran escritores y episodios de la vida de la ciudad en el primer tercio del siglo XX para desarrollarlo. Creo que hay madurar la idea. Nuestro proyecto de museo y de crear una gran biblioteca del período, ahora que parece que los libros tienden a desaparecer como objeto, va por ahí y, por supuesto, para disfrute de los ciudadanos.

-Los Diarios de la guerra de Cansinos se cuentan entre lo más valioso de su producción inédita. ¿Cómo era su visión del conflicto? ¿Se parecía a la de Chaves Nogales?

-Lo primero que hay que decir es que Chaves Nogales y Cansinos Assens fueron escritores honestos, amantes de la verdad. Con todo, la política nunca fue uno de los escenarios de Cansinos, aunque todos sabemos que era un liberal que apoyó los ideales de la República. Mi familia lo pasó muy mal en Madrid durante la guerra. Cuando los primeros camiones de las tropas franquistas entraron en la glorieta de Atocha a finales de marzo del 39 mi padre estaba allí y sintió una inmensa alegría. Como mucha gente que recibió a los soldados con vítores, interpretó que por fin había llegado la liberación de la ciudad. En la posguerra no lo pasó mejor porque la dictadura lo depuró, impidiéndole ejercer de por vida su profesión de periodista, bajo la acusación de ser judío y de llevar "una vida bastante rara", dice literalmente el expediente de depuración. Así que entre unos y otros consiguieron amargarle la existencia, pero al menos tuvo la suerte de contarlo.

-¿Cuándo se publicarán esos textos inéditos y con qué apoyos?

-De momento no vamos a tener edición en papel, pero los Cuadernos se van a volcar en la red para que estudiantes universitarios y personas interesadas puedan ayudarnos a transcribirlos y traducirlos porque están escritos en cuatro lenguas. Es nuestro proyecto estrella para este año y esperamos que nada se tuerza, que llegue el adelanto de la subvención y podamos presentarlo a finales de año. El proyecto lo vamos a utilizar como argumento de marketing para buscar nuevas ayudas de instituciones, sobre todo, de empresas grandes y entidades financieras.

-¿Por qué escribió su diario en cuatro idiomas? ¿Cuál sería el mejor modo de traducirlos?

-Creo que practicaba los idiomas así. Están en inglés, alemán, francés y algunas partes en árabe aljamiado. Un traductor lo primero que necesita es un buen texto para traducir. Aquí lo único que hay es un ejercicio idiomático de Cansinos, no es un texto literario. Vamos a utilizar un procedimiento wiki para que un equipo de voluntarios nos ayude a transcribir y realizar una primera versión. Luego yo, que tengo bastante experiencia en el tratamiento de textos de mi padre, haré una redacción definitiva que suene a Cansinos.

-¿Está vinculado ya el Archivo y todo este proyecto de la Edad de Plata a alguna Universidad?

-Hemos tomado contacto con algunos profesores de la Hispalense con una acogida formidable. A mí me gustaría que todos nuestros proyectos digitales, como el de los Diarios de la Guerra, se inicien siempre en la Universidad de Sevilla y desde ahí se proyecten nacional e internacionalmente.

-¿Cómo es la relación de la Fundación y de su patrimonio documental con las nuevas tecnologías?

-Es como si las hubieran inventado para Cansinos Assens. Primero porque su obra tiene un carácter global, como por ejemplo la de Balzac, y el mejor sitio para ponerla en escena es el digital con todas sus ventajas: buscadores, sistemas de clasificación temática, establecimiento de concordancias, etcétera. En cuanto a la edición electrónica nos vamos a centrar en ese formato y, poco a poco, vamos a dejar el papel, que en el futuro sólo reservaremos para ediciones especiales.

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