Desde mi córner
  • Demasiados errores de planificación para la dolorosa derrota del Betis ante el Villarreal

Lecturas de un tropiezo manifiestamente evitable

CADA aficionado al fútbol de esos que dan lo que sea porque su equipo gane lleva un entrenador en la sesera y la derrota del Betis ante el Villarreal ha brindado esa oportunidad a muchos analistas de ocasión. Y es que no termina de comprenderse por qué el equipo bético le puso al Villarreal una tan cómoda alfombra tras adelantarse dos veces en el marcador. ¿Por qué tantas facilidades cuando tanto está jugándose?

Y ahí es cuando brota el entrenador que se lleva dentro para no explicarse cómo un talento tan talentoso como Gerard Moreno anduvo sin nadie que le dijera ¿dónde vas, muchacho? El catalán intervino en todo lo que dañó al Betis y extrañó sobremanera que no tuviese cerca a nadie dedicado a entorpecer su labor. Estaba Guido, pero el argentino no tiene el don de la ubicuidad y bastante hizo con lo que hizo, incluido el gol que parecía encarrilar la contienda por primera vez.

Y se echó en falta a Cardoso, igual que se vio cómo el dúo Carvalho-Fekir no era la solución. El portugués ya no está para sostener el centro del campo y quizá sí para jugar donde se situó Fekir, un futbolista que está tardando demasiado en coger el mínimo de condición física exigible. No se va de nadie y su divorcio con el gol se eterniza, por lo que bien debiera Pellegrini dosificar su presencia en aras al beneficio del grupo. Y luego está la permeabilidad del sistema defensivo.

Las dos veces que no estuvo Pezzella en cancha, ruina al canto, ergo esperemos que no descanse en Montilivi el Domingo de Resurrección por su estancia en la albiceleste. Y otro lunar fue la inoportunidad de Chimy Ávila autoexpulsándose torpemente. En fin, que ha dado para muchas lecturas el tropiezo en una jornada clave para asentarse en la tabla. Y como resumen habría que confiar en que alguna vez el Betis juegue con once futbolistas aptos para competir.

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