Desde mi córner
  • Un partido más se ve obligado Pellegrini a devanarse la sesera para hacer el equipo

El Villarreal llega muy herido, cuidado

QUIZÁS sea desde aquella noche ilicitana de la lesión de Fekir cuando se inició esa larga racha de año y pico en la que Pellegrini se ve impedido para alinear su equipo ideal. Y así mientras la enfermería sigue colmada aun con variables en sus inquilinos, en esta ocasión se ve obligado a echar mano de un centro de la defensa sólo usado en aquellos lejanos bolos coperos. Pero de nada vale quejarse, conque sigamos en la rodada.

Y en esas estamos cuando aparece en la noche heliopolitana un equipo que llega herido por el contundente estropicio sufrido en el Vélodrome marsellés. Llama la atención la trayectoria del equipo de La Plana, que estaba llamado para más altas cotas, pero que anda por el tercer entrenador tras los fracasos de Setién y de Pacheta. Y ahora con el fiable Marcelino mezcla la cal con la arena más de lo deseado, pues golear en Anoeta y Montjuïc no se corresponde con el resto.

Lo cierto es que su devenir no se corresponde con sus expectativas presupuestarias. Y aunque este calendario caprichosamente asimétrico mueve al despiste no olvidemos que todo empezó en agosto con el triunfo bético en el viejo Madrigal en la jornada inicial, mediante testarazo de Willian José sobre la campana. Y hoy, cuando se libra la vuelta de aquello y se juega la jornada vigesimoctava resulta que son diez los puntos que separa a ambos contendientes.

Y si el Villarreal llega herido, tampoco el Betis salió contento de su cita en el Metropolitano. Su deficiente primer tiempo lo arrastró a una derrota que no fue más que la historia repetida de cuanto protagoniza el Betis en aquel escenario. Elucubraciones aparte, estamos ante un pulso entre dos rivales que partían con la vitola de enemigos directos. Ahora no parece que sea tal que así, pero no olvidemos que el Villarreal pescó con frecuencia en Heliópolis, conque...

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