Real Betis

Rubén Castro y Ceballos, en la misma onda

  • El canario y el canterano mostraron frente al Celta la buena conexión que tienen en el campo.

  • Forman una sociedad a la que se suman Durmisi, Joaquín y Sanabria.

Dani Ceballos y Rubén Castro, a la llegada de la expedición bética a Santa Justa en uno de los desplazamientos del Betis para jugar lejos de Heliópolis.

Dani Ceballos y Rubén Castro, a la llegada de la expedición bética a Santa Justa en uno de los desplazamientos del Betis para jugar lejos de Heliópolis. / mj lópez

Rubén Castro y Dani Ceballos están en la misma sintonía, y esa buena conexión entre ambos volvió a quedar patente en el encuentro del pasado domingo ante el Celta. Ambos se entienden a la perfección y se buscan, pues el canario sabe del buen último pase para romper la línea defensiva del rival que tiene el utrerano, quien nunca ha ocultado su admiración por jugar al lado de un goleador que sigue batiendo números y haciendo historia en el Betis.

Rubén Castro no ha vuelto porque nunca se fue. Ante el equipo vigués hizo su primer tanto de la temporada en el Benito Villamarín - el sexto en lo que va de Liga- y pese a no ver portería en el bache que ha atravesado siempre ha estado ahí y siempre ha dado la cara, a pesar de la situación que vivió con el ex técnico bético, Gustavo Poyet, de jugar en la banda izquierda de forma habitual y de ahí a ser suplente. Y todo esto sin olvidar un verano en el que el club, hasta que no vio de verdad que el fútbol catarí (Al Sadd) venía a por el 24, no actuó en serio para una renovación más que merecida.

Aquellas voces críticas que pedían la suplencia de Rubén han quedado, nuevamente, enterradas, porque con éste no hay debate, hay goles. 69 tantos como verdiblanco en Primera División, empatando con Alfonso, y a nueve de Poli Rincón (78). Y 85 goles, en total, en su carrera en la máxima categoría del fútbol español. Curiosamente, 16 antes de cumplir los 30 años y esos 69 que ahora lleva, después. Guarismos que dejan clara la importancia de Rubén Castro, otra temporada más, en un Betis en el que su participación en los goles de su equipo (17) es clave, pues no sólo marca sino que también genera ocasiones.

El delantero de Las Palmas mantiene un estado de forma envidiable y en Ceballos tiene a un socio ideal. El canterano dio un recital ante el equipo de Berizzo, incluso en esa primera media hora nefasta de los verdiblancos fue el único que con sus balones intentó conectar con Rubén y Sanabria, y con Durmisi, pues los pases en profundidad del utrerano le viene muy bien al danés para sorprender con su explosividad y velocidad a la defensa rival. Pero el trabajo del 10 del Betis no sólo consiste en dar pases, sino que también aporta mucho trabajo, pues a pesar de que le encanta partir y ver el fútbol cayendo a la izquierda abarca mucho campo y pelea a la hora de recuperar la pelota.

Si primero fue Donk el que dejó en evidencia a Poyet, ahora ha sido Ceballos. El uruguayo, que en verano alabó al de Utrera, no contó para nada con un joven futbolista que llegó, incluso, a perder protagonismo en la selección española sub 21. Un segundo plano injusto para un jugador que ha sabido tener tranquilidad y madurar, y que con la llegada de Víctor Sánchez del Amo está volviendo a disfrutar del fútbol, algo beneficioso para un Betis que ve cómo su producto está empezando, de nuevo, a revalorizarse. Y también eso es bueno para Rubén, con el que forma una muy buena sociedad a la que han empezado a sumarse otros miembros clave, como Durmisi, Sanabria y Joaquín.

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