el derbi sevillano

Muy pernicioso paso atrás

  • No presionar tras el descanso enseñó al rival la debilidad a balón parado

Informe del Betis Informe del Betis

Informe del Betis / Dpto. Infografía

Un partido es una carrera de fondo y, aunque es imposible mantener una línea de plena intensidad durante los 90 minutos, hay que tratar de evitar la curva descendente como sea. Sobre todo, si la propuesta de intensidad y valentía funciona como funcionó en la primera parte. Ese paso atrás después del intermedio metió en el partido a Nasri y a Vitolo, que hasta entonces recibieron pocos balones, en condiciones nada ventajosas y en campo propio. Con esa rebaja en la presión, los sevillistas detectaron la línea blanda del Betis, la defensa del balón parado ya con Iborra sobre la hierba: faltó físico ahí.

Defensa

Modélica primera parte en actitud, en orden, en arrojo. Era fundamental hostigar al Sevilla muy arriba para dos propósitos, uno defensivo y otro ofensivo. El primero consistía en tirar la línea lo más arriba para negarle a los talentosos mediapuntas sevillistas los terrenos en los que desequilibran. Nasri, el hombre que marca el tempo de la sinfonía, apenas pudo sacar la batuta porque la pelota no le llegaba. Ni a Vitolo en la izquierda. Ni mucho menos al Mudo Vázquez. Jovetic, el falso nueve de Sampaoli, se vio arrastrado a recibir muy lejos del área de espaldas y muy encimado por su par. Y por supuesto que en los balones rifados por Sergio Rico, que abundaron, se impusieron los centrales de verde y blanco.

Todo lo que fue blanco viró a negro y viceversa en la segunda parte. Mientras Víctor ordenaba un paso atrás, Sampaoli cambió a defensa de cuatro con Iborra y Ben Yedder por Sarabia y el Mudo. Con Ben Yedder y el balón circulando más en la mediapunta sevillista, Tosca tuvo más trabajo por dentro, ayudó menos en la banda y Vitolo empezó a aparecer en la derecha, por la que Ceballos, más cansado, aflojaba en tareas defensivas. También Nasri apareció por allí con su fútbol en corto. Los libres indirectos colgados al área de Adán resultaron letales ante la estatura de Iborra o N'Zonzi y la capacidad de remate de Mercado.

Ataque

El segundo propósito de apretar tan arriba y con tanta vehemencia obedeció ya al ataque y consistió en probar por dónde el esquema de Sampaoli podía abrir una puerta. Y pronto quedó claro que esa vía radicaba en la zona de Sarabia y Mercado, en la que la descoordinación de las piezas de rojo era manifiesta a la hora de que uno fijara su posición ante posibles receptores y el otro saliera más a tapar al que conducía la pelota. Durmisi recibía con tiempo y espacio en la banda, Rubén Castro aparecía por allí para ofrecerse, también Ceballos desde atrás y los verdiblancos remataron en media hora más que en muchos partidos anteriores en el Villamarín. Petros era el maestro en presionar la salida del balón, como se vio en la falta que provocó ante N'Zonzi, raíz del gol de Durmisi.

Virtudes

Fantástica primera parte de presión, mando y llegada.

Talón de aquiles

Déficit físico a balón parado.

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