Sevilla

De casa para 'mujeres arrepentidas' a cuartel general de ingenieros

  • Los Baños de la Reina Mora han tenido los usos más variopintos a lo largo de su larga historia

Los baños tuvieron una destacada importancia en la sociedad romana y árabe. De ahí que, cuando Fernando III conquistó Sevilla, se llegaron a contabilizar hasta 19 de estas dependencias por toda la ciudad. Pero, por su extensión, los hoy conocidos como Baños de la Reina Mora tuvieron que tener una gran importancia en la Sevilla Islámica.

A lo largo de la historia, los baños han tenido los usos más variopintos, desde casa para prostitutas arrepentidas hasta cuartel militar de Ingenieros. Ahora, será un equipamiento cultural para el barrio de San Vicente.

Construidos en el siglo XII por los almohades (hay teorías que apuntan a que una parte sería Taifa), a la muerte de San Fernando pasaron a la propiedad de su viuda, la reina doña Juana. Algunos consideran que de ahí viene su denominación actual, muy influenciada por el la imaginación popular, siempre aficionada a la sensualidad que evoca todo lo moro. Otros investigadores opinan que el nombre viene de "Baños Moros", lo de la reina sería un añadido posterior. La importancia que tuvo el edificio se constata en que ha dejado su huella en el callejero de la ciudad: la calle Baños, por la que se accedería en los tiempos islámicos.

En 1540, este edificio, con añadidos posteriores, pasó a ser lo que hoy en día se llamaría un centro de reinserción de prostitutas. En el lenguaje de la época "un recogimiento de mujeres de mala vida que de ella quisieran arrepentirse". Ya en el siglo XVII se establece un convento de Agustinas, de ahí que la capilla del Dulce Nombre de Jesús (nombre que le pusieron las arrepentidas) conserve la celosía de madera del coro alto desde la que la comunidad de monjas escuchaba misa.

Las madres agustinas ocuparon el inmueble hasta la desamortización, quedando abierta al culto ordinario hasta que los vientos revolucionarios de 1868 prohibieron su uso religioso. En 1869 los baños y la capilla fueron comprados por María del Amor Pérez de León para establecer allí a la Hermandad del Amor (actualmente en el Salvador).

Posteriormente, ya en el siglo XX acogió a una comunidad dominica y al Cuartel General de Ingenieros. "Desde la celosía de las monjas escuchaba misa el capitán de las tropas", comenta el capillé de Vera-Cruz (actual propietaria de la capilla y los baños), Ventura Errazquin, quien enseña el monumento a este periódico.

Tanto el edificio del antiguo convento como los baños sufrieron con especial dureza los estragos del desarrollismo y la especulación inmobiliaria. A finales de los años 70, las piquetas derribaron el edificio conventual y dañaron seriamente los restos de los baños árabes. Además, "con las obras desaparecieron muchos restos, incluso alguna que otra columna", asegura Errazquin.

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