Desde mi córner
  • El Sevilla se dejó en el último suspiro dos de los puntos tras haber logrado la remontada

El Almería, de cabeza al Guinness

MEDIANTE el trepidante final de un auténtico correcalles, el Sevilla vio cómo se le iban dos puntos tras haber logrado la hombrada de darle la vuelta al marcador. Pero ese anfitrión que va de cabeza al Guinness conseguía en el último suspiro rescatar un punto que aunque no le sirve de nada, menos da una piedra. Y amargo final para un Sevilla que había logrado lo más difícil y que se quedó con la miel de un solo punto.

La ilusión almeriense por lograr su primer triunfo tras veintisiete posibilidades desperdiciadas es el mayor peligro que presenta la cita en Almería. Pero lo cierto es que tal como arranca el pleito da la impresión de que todo puede ser coser y cantar para la tropa de Quique. Isaac tiene varias posibilidades de gol, pero el que va a acertar con la red rival es Embarba tras pase de Viera aprovechando un desajuste del Sevilla en retaguardia con colosal agujero a estribor.

Pero el descosido puede agravarse al filo del intermedio en ocasión de Jonathan Viera que la dilapida cuando todo le era favorable. Y se llega al descanso con la sensación de no saber por qué el fútbol te depara estas sensaciones tan contrapuestas. El juego discurría como quería el Sevilla, el Almería mostraba sus carencias y lo cierto es que el electrónico no reflejaba lo que sucedía en la yerba, por lo que el segundo tiempo se esperaba con la incógnita de cómo seguiría la cosa.

Y el viento viró cuando todo estaba a punto de acabar. Antes de que Isaac se pegase un carrerón para servirle el empate a Lukebakio, Viera había perdonado otra vez. Eran momentos de desconcierto, Quique acertó al meter en cancha a Suso y, sobre todo, a Lukebakio, Ocampos resolvería en un barullo ante Maximiliano, pero cuando todo parecía bien agarrado, un globo al corazón del área sevillista lo concretaba Marezi para llevar justicia al electrónico. Fútbol es fútbol.

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