Son una mezcla entre la Superabuela que triunfaba en la tele de los 80 y la anciana que protagoniza el conocido anuncio de fabadas, aunque en esta ocasión llegan ataviadas con el traje típico de una región de Rusia y cantando en lengua udmurtia. Rusia hace este año una apuesta valiente para acudir al Festival de Eurovisión y se presenta con las Buranovskiye Basbushki, un coro de ocho ancianas que juntas suman algo más de 500 años y que tienen como afición entonar los cánticos populares de una remota región a 1.200 kilómetros al este de Moscú que ni siquiera aparece en todos los mapas.

Llegar hasta aquí no ha sido para ellas una tarea fácil. El grupo lleva más de dos décadas intentando triunfar en la música con sus cánticos tradicionales y, hace dos años, estas abuelas se propusieron representar a Rusia en Eurovisión. En su primer intento, quedaron clasificadas en tercer lugar, aunque en esta ocasión, las octogenarias han sido las más votadas en la gala de selección celebrada el miércoles en Moscú, dejando atrás al mediático dúo integrado por Dima Bilan, ganador de Eurovisión 2008 y Julia Volkova, que también participó en Eurovisión en 2003.

Las Babushki interpretarán en esta ocasión un tema ethno pop escrito por ellas mismas y, con el dinero que consigan recaudar el 22 de mayo con su participación en la primera semifinal del certamen, restaurarán la iglesia del pueblo, que lleva más de 30 años derribada, para no tener que desplazarse cada domingo 40 kilómetros para poder oír misa.

En la presente edición de Eurovisión la tercera edad estará más que bien representada. Y es que, además de este grupo de ancianas, otro veterano cantante de 75 años irá en representación de Reino Unido, uno de los países del llamado Big Five y que, por tanto, tiene asegurada la plaza en la final del próximo día 26 de mayo. Se trata de Engelbert Humperdinck, una de las leyendas vivas de la música británica de las últimas décadas, con una dilatada trayectoria de más de 45 años.