Nada de Fashion Week. La pasarela madrileña recuperó ayer sus aires más castizos y resucitó la esencia de Cibeles.. Volvían dos de sus hijos pródigos para poner el broche a cuatro jornadas intensas de desfiles: Varela y Jorge Vázquez. Dos regresos esperados en Madrid.
Quizá la vuelta más comentada fue la de Varela. Primero y fundamental porque se fue hace 14 años casi de puntillas y ha vuelto coronado como el modisto de la Reina y, segundo, por el hermetismo que sigue rodeando a su figura. Nada de entrevistas, nada de backstage, nada de explicar su colección en las horas previas al desfile. Mutismo total más que discreción y, a la hora de saludar, nada de vanagloria. Un visto y no visto con gafas de sol y casi entre bambalinas.
Varela volvió, desfiló y gustó. Aunque la Reina no lo aplaudiera desde el front row. Volvió para celebrar sus 20 años sobre la pasarela madrileña, pero también para demostrar que su firma no sólo se encuentra en la milla de oro; su reto era mostrar su línea más próxima y juvenil y, para ello, tenía que bajarse del pedestal real para acercarse al pueblo. Primero estrenándose en Twitter y, segundo, con una colección como ésta, en la que los diseños sobrios han marcado el día y el lamé y los plateados, con transparencias incluidas, la noche. La propuesta que ha subido Varela a la pasarela de la MBFWM va más allá de Letizia. Con el hip-hop como base, la colección Crystal Arny se ha atrevido con el neopreno y la malla de metal para el día, reservando para la noche (mucho más Varela) el brillo y el glamour. Casi todo en blanco y negro con alguna concesión al rojo.
La vuelta de Jorge Vázquez tras una década de ausencia en Madrid también fue comentada. El gallego regresó haciendo una apuesta en firme por el resurgir de un renovado estilo lady. En su colección los choques de estilos tenían un único punto en común: la feminidad de sus prendas. Por eso no llamaba la atención que un vestido de terciopelo se pudiera combinar con una bomber o que un traje de organza transparente se complementara con una chaqueta de seda con motivos orientales. Para Jorge Vázquez todas las combinaciones eran válidas. Las flores sobrepuestas y los grandes estampados de día dejaron paso al brillo más sofisticado para la noche. Jugó también, y mucho, con los encajes y las transparencias.
Pero el de ayer no sólo fue un día de regresos. Era la última jornada de la MBFWM y, por tanto, una de las más esperadas. Alvarno, Debota&Lomba y The 2nd Skin Co fueron los culpables.
Alvarno ha hecho este año una apuesta por la mujer transgresora, ajena al qué dirán. Tomó el negro y el dorado como protagonistas de una colección que maneja como pocas los cortes imposibles y los estilos indefinidos, en el que los cuadros de una chaqueta de lana pueden combinar a las mil maravillas con unos pantalones de animal print dorados. Jugó con las sobreposiciones y dejó en muchas de sus prendas el protagonismo a majestuosas águilas que quieren dar ese toque de libertad y poder a la mujer de hoy.
Por su parte, Debota&Lomba presentó una colección en blanco y negro en la que predominaban los cortes geométricos, mientras que The 2nd Skin Co se decantó por una colección basada en los años 70 en la que el vestido se tornó indiscutiblemente en su prenda estrella. Organzas con lunares bordados dejaron paso a estampados psicodélicos y grandes escotes en vestidos de satén, el verdadero protagonista.
Artículo publicado por I.B. en los diarios del Grupo Joly.
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