Una historia puede tener muchas intrahistorias y hasta la decisión de que Scott Roth no se siente este domingo en La Laguna para dirigir al Baloncesto Sevilla frente al Iberostar Tenerife tiene un serial. Este periódico ya apuntaba en su edición del martes que se avecinaba una "semana de movimientos". Dicho y hecho. Pasadas las 23:30, el club hispalense comunicó de forma oficial el despido del norteamericano tras encadenar su undécima derrota consecutiva en Vilna, pero lo cierto es que pudo caer mucho antes.

Sólo José Luis Galilea, director general y deportivo, que ya el 1 de enero en un comunicado refrendaba que en su filosofía de gestión deportiva no estaba la de echar al entrenador, mantenía su confianza en el técnico yanqui, defendiéndolo a capa y espada ante todos los estamentos de la entidad. Si fuese por él, Roth seguiría hoy al frente del equipo, pero las negociaciones llevadas a cabo por el presidente, Fernando Moral, figura clave que lideró la iniciativa de despedir al entrenador, cuajaron al fin a pesar de la intransigencia del directivo vasco, obstinado incluso en el sondeo de posibles sustitutos en señalar a los jugadores  como el problema antes que a Roth.   

El preparador estadounidense, que llegó a Sevilla cobrando más dinero que el propio Aíto García Reneses, no puso las cosas fáciles al no estar dispuesto a perdonar las cantidades de su contrato. Incluso Galilea defendía la circunstancia de tener que pagarle el año íntegro en caso de producirse. Por fortuna, la cordura y la decisión del presidente imperaron en el consejo, un paso que debió producirse hace ya mucho tiempo y que el propio Moral estaba decidido a efectuar tras el encuentro frente al Ostende -frenado por Galilea-. Tras un balance de ocho victorias (cinco en la primera fase de la Eurocup) y 22 derrotas, Roth no se sentará más en el banquillo hispalense.

El que decía Galilea que era un entrenador defensivo deja el CB Sevilla colista de la Liga ACB y de su grupo en el Last 32, siendo en ambas competiciones el conjunto que más puntos encaja. Es decir, la peor defensa. En la pista, casi en cualquier choque, nunca se vio un equipo trabajado y en las últimas fechas, lo que era ya un problema grave, la falta de confianza de los jugadores en Roth, que los dejó a pies los caballos en una rueda de prensa, se traducía en una ausencia de intensidad evidente.

El americano es historia y ahora queda por resolver quién será su sustituto. En Tenerife dirigirá el choque alguien de la casa: Javi Carrasco, segundo con Joan Plaza y Aíto García Reneses, además de haber trabajado junto a Zan Tabak y Diego Ocampo, o Rafa Monclova, el favorito para Galilea. Queda por ver ahora qué papel asumirá Audie Norris, con contrato, y que ponía hasta ahora el carné -que curiosamente se sacó este verano- y si en caso de llegar un nuevo técnico con más experiencia en la ACB cuenta con el apoyo de Larry Sanders, el preparador físico estadounidense que llegó también este año en lugar de otro hombre de la casa como Rafa Puerto.

Hoy, en un consejo de administración extraordinario, se tratará, además del nombre del nuevo entrenador, posibles llegadas de jugadores para reforzar el plantel. Hay dos sobre la mesa con los que ya se han iniciado los contactos. El favorito es Óscar Quintana, aunque la presencia en la plantilla de Berni Rodríguez, con quien coincidió las dos pasadas temporadas en el UCAM Murcia, supone un problema. El otro entrenador, y por ello ahora el mejor colocado, con el que se ha contactado es Luis Casimiro, destituido en el Fuenlabrada esta misma campaña y que estaría dispuesto a asumir el reto de sacar adelante al Baloncesto Sevilla, como ya hizo con el cuadro madrileño el pasado curso.

Además, en clave de refuerzos, el neozelandés Kirk Penney está casi atado por la entidad, a expensas de unos flecos, y se busca un interior que abra el campo para que los jóvenes pívots tengan más espacios por dentro.