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Tan dañino como inocente

  • El Granada se acerca a su ansiada permanencia gracias a su eficacia y a su consistencia en casa. Brahimi y Piti tocan melodías de inspiración.

Lucas Alcaraz está más cerca de alcanzar nuevamente el objetivo de la salvación y puede lograrlo con las mismas bazas que posibilitaron su permanencia en el pasado curso. Su mano fue tan equilibrada durante todo el ejercicio liguero que las penurias y las necesidades nunca parecieron asentarse definitivamente sobre un equipo que comenzó a coronar en casa su afán por seguir entre los mejores.

Hubo caras nuevas y también despedidas, pero el proyecto nazarí se sustentó en algunas piezas de alto brillo y en el buen hacer colectivo en ciertos instantes de la temporada. Con trabajo aún por hacer, Alcaraz confía en cerrar una salvación de mérito con la satisfacción de que su trabajo se refleja sobre el césped.

sin balón

Mucha presión en el sistema de repliegue del Granada. Su 4-3-3 radica en la posibilidad de que la línea de medios aporte mucho trabajo defensivo al grupo.

Iturra se consolidó como la pieza infalible en la destrucción. Equilibra al resto del equipo y sabe realizar faltas de compromiso que impiden que el rival pueda sentirse bien en el campo.

Fatau, menos experimentado, también fue clave durante parte del curso con su labor defensiva en la medular.

En su zaga, grandes proyectos de defensas que ya suenan para clubes de altos vuelos. Llegó Ilori en enero y demostró que tiene enormes condiciones para triunfar en la élite, mientras que Murillo, que sufre problemas físicos, fue una pieza providencial durante toda la campaña.

Los laterales defienden con intensidad y exponen sus dotes técnicas subiendo al ataque con insistencia. Nyom es fiable en el carril diestro, mientras que Brayan Angulo o Foulquier aportan potencia y llegada en el zurdo.

con balón

El juego del Granada trata de asentarse en bases a la seguridad en el pase y la calidad de sus puntales más ofensivos. Fran Rico tiene mucho recorrido desde la medular y se incorpora con peligro al área rival, mientras que Recio demostró que su clase es compatible con un trabajo que lo convierte en todoterreno. La polivalencia es clave para Alcaraz, que busca siempre hombres capaces de adaptarse a diferentes roles en el centro del campo.

Los hombres más ofensivos aportan cualidades que desarbolan a sus rivales. Piti es capaz de crear desde el centro del campo o de desbordar por la banda y lanzar asistencias. Su buen disparo es un arma letal cuando los espacios le permiten llegar con facilidad al área rival. A su lado Brahimi ejecuta acciones individuales, demostrando su peculiar capacidad para esquivar rivales y regatear a cualquier lateral. Tiene una buena visión de juego, pero en ocasiones su individualismo condena al equipo a ceder opciones de contragolpe con mejores vías de escape.

Riki e Ighalo no encontraron la regularidad deseada durante el curso liguero, siempre frenados por las lesiones y por la presencia de un El Arabi que centra las miradas en la punta del ataque.

lo mejor

El Granada aprovecha los espacios para ser vertical y hacer daño con su gran pegada.

lo peor

La intensidad no es duradera, y sin ella el equipo de Lucas Alcaraz pierde mucha consistencia.

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