Deportes

Regreso al punto cero

  • Con un consejo cuestionado por todas las vertientes, el club necesita regenerarse tres años después. Se buscan cabezas visibles tanto en el apartado institucional como en el deportivo.

Poco más de tres años después de que se iniciase un nuevo Betis, aquel que surgió el 13 de diciembre de 2010 cuando Rafael Gordillo aceptó la presidencia, el club verdiblanco necesita volver a regenerarse en todos sus ámbitos, una situación aún más delicada que entonces ante el hastío que se desprende en buena parte de los actores que propiciaron el fin de Lopera y sus adláteres -Oliver incluido-.

A la nefasta gestión deportiva, que ha desembocado en el inminente descenso a Segunda División, se une la falta de cabezas visibles para poner en marcha la necesaria estructuración de la entidad. Con un consejo cuestionado desde todas las vertientes del beticismo -sus erróneas decisiones lo han llevado a carecer de legitimidad-, tampoco el actual administrador judicial, Francisco Estepa, cuenta con la confianza de todos los sectores para llevar a cabo la planificación de ese nuevo Betis que se necesita no sólo para aspirar al ascenso la próxima temporada, sino para mantener alejado a la caterva de personajes que se arriman en los tiempos de crisis.

Ni siquiera Rafael Gordillo, que en su día se atrevió a dar el paso adelante al que otros se negaron, tanto para participar en la primera administración judicial como para asumir la presidencia en un momento tan delicado como el actual, aparece ya como esa figura de consenso que sirvió de nexo entre las distintas sensibilidades del Betis. Escudo de muchas de las acciones ejecutadas por José Antonio Bosch, Gordillo pidió apartarse de la toma de decisiones, aunque las circunstancias lo llevasen a participar como consejero deportivo en algunos casos. Todo esto ha provocado un desgaste sobre su figura y que, ahora mismo, tampoco pueda convertirse en esa cabeza visible que lidere la necesaria segunda regeneración.

Con estas circunstancias, los distintos actores continúan tomando posiciones para lo que se avecina. El consejo, en el que la mayor parte de sus miembros parecían enrocados en su idea de continuar, ya siente el rechazo tanto de los accionistas como de los aficionados, algo que quedará patente el sábado; las plataformas, como ayer se informaba en este periódico, también perfilan su hoja de ruta para estos decisivos meses; mientras que Lopera y los suyos, con Castaño a la cabeza -como se desprende de la información adjunta-, permanecen moviéndose en la sombra, a la espera de las decisiones judiciales que clarifiquen qué ocurre con el paquete accionarial que otorga el poder en el club.

A la espera de que la juez pueda tomar una nueva decisión en breve, Estepa dará el paso la próxima semana y se reunirá con todas las plataformas para buscar soluciones ante la situación generada en el club y sondear candidatos tanto para ocupar cargos institucionales como también los deportivos.

La necesaria reestructuración del club -que para la mayoría debería comenzar con un nuevo consejo- obliga tanto a la contratación de altos ejecutivos como a la salida de todos los contratados en la etapa de Bosch. Los cambios en la cantera, en el área médica -con Gesalus y su proyecto de Betis Lab bajo sospecha- y en el departamento de marketing se antojan indispensables dentro del obligado cambio de rumbo al que se ha visto abocada la entidad.

Más importantes aparecen las decisiones en el área deportiva, fin principal de un club de fútbol y aspecto olvidado por los actuales gestores durante demasiado tiempo. Ahí se enmarca la contratación de un director deportivo -Felipe Miñambres es el preferido, pero también se tanteó a Miguel Torrecilla y Alberto Benito, entre otros- e incluso la continuidad de los actuales ojeadores de la secretaría técnica -¿de qué club se conocen los nombres de los que realizan los informes?-, que finalizan sus contratos en junio y que han debido asumir un protagonismo inusual en estos últimos meses ante los despidos de Emilio Vega primero y Vlada Stosic después.

El siguiente pilar fundamental, quizá el más importante atendiendo a razones históricas de la entidad verdiblanca, pasará por la contratación de un entrenador que conozca tanto la realidad del Betis como las dificultades que entraña la Segunda.

Consejeros, altos ejecutivos, director deportivo, entrenador y hasta una plantilla para el ascenso. Es el Betis, de nuevo en un punto cero tres años después.

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