Catorce jornadas, un tercio del campeonato, han bastado para que cualquier rival le pierda el respeto al Betis de Julio Velázquez en el Benito Villamarín. El Alavés, un equipo de la medianía de Segunda pero bien dirigido desde el banquillo, se plantó con orden e intensidad, con una presión adelantada y sin miedo al manejo de la pelota, lo que le valió para colocarse 0-2 e incluso quedarse corto al haberlo podido aumentar en la primera media hora de partido -aunque el árbitro anulase un gol legal a los verdiblancos-.

Hasta ayer, al Betis los rivales lo esperaban atrás en sus visitas a Heliópolis, lo que había permitido que, sin un estilo de juego, sobreviviera por la calidad de su trío de atacantes más la aparición del canterano Dani Ceballos. Ayer, ni eso. Ni los mejores minutos del joven utrerano, en la recta final del primer tiempo, ni la reacción de orgullo tras el descanso sirvieron para equilibrar un partido que el Alavés dominó a su antojo. ¡Ni al área se acercaron los verdiblancos en el tiempo de prolongación!

Como ya es costumbre, los cambios tampoco ayudaron. Jorge Molina y Chuli, los dos delanteros que estaban en el banquillo, ni salieron al césped, después de que Velázquez decidiera que lo mejor para igualar la contienda fuera sustituir a los laterales y que el chileno Reyes acabase en el izquierdo.

Defensa

Con N'Diaye y Varela como novedades, la defensa verdiblanca nunca se encontró a gusto. La incapacidad para salir con el balón jugado, con numerosas pérdidas de los propios centrales o de los mediocampistas, provocó que siempre jugarán a contrapié. Si a eso se le añadió el dominio del balón por parte visitante, la defensa se vio obligada a tapar mil agujeros y no siempre con acierto.

Los laterales concedieron excesivos metros a sus contrarios y Velázquez acabó el encuentro con Cejudo casi de extremo y Reyes en el izquierdo, en otra muestra más del desquiciamiento colectivo de un equipo sin rumbo y a la deriva.

Ataque

Si la presión del rival desconectó la salida del balón, únicamente cuando Matilla o Dani Ceballos rompieron las líneas con un pase el Betis se acercó al área contraria, pero eso ocurrió con cuentagotas. Tras el descanso, los de Velázquez tiraron de orgullo, pero ante un rival mucho más ordenador, ese efecto, al que tampoco se ayudó con los cambios, sólo resistió diez minutos.

Con Rennella más pendiente de ayudar a salir con la pelota, Kadir y Cejudo fueron los únicos que intentaron, al menos, meter balones en el área, pero sin capacidad para crear peligro.

Virtudes

El Betis corrió y se quedó sin oxígeno por ese orgullo que sí tienen los jugadores, pero cuando las carreras no llevan a nada, la virtud pasa a ser un defecto.

Talón de Aquiles

Una salida tibia al terreno de juego, incapacidad para salir con el balón, escaso orden para atacar y defender, mal manejo del partido desde el banquillo... El catálogo de errores convierte el encuentro en un despropósito.

Uno por uno

Adán Vio entrar dos golazos y salvó un mano a mano.

Molinero Descolocado y sin subir al ataque.

Bruno Le puso brío, pero el partido pudo con él.

N'Diaye Dos errores en la salida de balón que lo señalaron a la grada.

Varela Buen balón parado, pero feble atrás. 

Xavi Torres No fue capaz de salir con el balón. Acabó otra vez fundido por mil carreras hacia la nada. 

Kadir Con movilidad pero sin acierto para generar.

Matilla Superado y errático, sólo algún pase.

Dani Ceballos Se vació y ayudó con balón mientras pudo.

Rubén Castro Escasa aportación pese a otro gol.

Rennella Intentó ayudar en la salida del balón, pero así no llega arriba.

Cejudo Intentó desdoblarse en ataque, pero sufrió atrás.

Dani Pacheco No acaba nunca nada de lo que intenta.

Reyes ¿Lateral izquierdo? Le puso corazón, como siempre.

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