La conversación con el presidente de la Conferencia Episcopal es el resultado de retazos de charlas antes y después de su intervención en el Oratorio San Felipe Neri de Cádiz, donde pronunció la conferencia de clausura del XXIII Simposio de Historia de la Iglesia en España y América. La circunstancia de que la persona que enseñó a leer al entrevistador, Antoñita Orosa, fuera de Villalba, la localidad lucense donde nació Rouco Varela, facilitó las cosas.

-El arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, anunció en Cádiz que el próximo simposio se dedicará al cincuentenario del Concilio Vaticano II. ¿Dónde le cogió?

-En Salamanca, donde estudié Derecho Canónico. Un mes antes de ordenarme sacerdote. El desarrollo de las sesiones lo viví ya en Múnich.

-En tiempos de distanciamiento de la fe, ¿es gratificante pasar por Cádiz y sus dos catedrales?

-¡Quién pudiera vivir aquí! Vivir y rezar en Cádiz, cuna de la primera Constitución liberal de España, una ciudad decisiva en el desarrollo de la fe y de la misión en América.

-¿La Constitución del 12, con tantos clérigos entre sus firmantes, reconoce la libertad religiosa?

-Con la dialéctica de un gallego de Lugo, diría que un poco es novedad y un poco no es novedad. El reconocimiento de la libertad religiosa como un derecho de la persona aparece explícitamente después de la Segunda Guerra Mundial, en la Declaración de los Derechos del Hombre de 1948. Para protegerla precisamente del totalitarismo soviético y de la Alemania nazi.

-¿Dónde se mete el Estado sin que le llamen?

-En la biología, en lo concerniente al derecho a la vida; en la institución matrimonial e incluso en el derecho de propiedad.

-Fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal en 1999 (con el paréntesis de Blázquez). ¿Llegará a los catorce años que estuvo Felipe González en La Moncloa?

-No se pueden comparar una cosa con la otra. Presidir la Conferencia Episcopal no es ejercer ningún tipo de poder. La Conferencia Episcopal Española no es un Gobierno. Es un órgano donde los obispos se ven, se hablan, intercambian opiniones entre ellos. Y el presidente es uno más. Uno inter pares.

-Muchos ayuntamientos están proponiendo revocar la exención de la Iglesia en el pago del Impuesto de Bienes Inmuebles. ¿Qué opinión tiene al respecto?

-La Iglesia no aspira a ningún privilegio. En las relaciones Iglesia-Estado están perfectamente delimitadas estas cuestiones. En el caso de que tuviéramos que hacer frente a ese impuesto, iría en detrimento de otras acciones, como por ejemplo las de Cáritas.

-Un gallego al frente de los obispos y otro gallego en la Presidencia del Gobierno. ¿Conoce a Mariano Rajoy?

-Hace muchos años. Habrá que darle tiempo.

-¿Avanza la laicidad en España?

-Yo plantearía el debate en otros términos. Ningún partido político, ninguna ideología democrática discute la definición del fundamento de la libertad religiosa. Pero se trata de un reconocimiento teórico. La verdad tiene derechos que el error no tiene. En la práctica nos encontramos con algunas paradojas. Recientemente, un antropólogo, un científico australiano de apellido alemán, ha dicho que una cría de chimpancé si está sana tiene más derechos que un recién nacido que tenga alguna enfermedad o malformación. Si le falta un brazo o es mongólico, está en inferioridad de condiciones con el chimpancé, que está fantástico y va saltando de rama en rama.

-¿Se imagina el Congreso actual con un tercio de los diputados miembros del clero, como ocurría en las Cortes de 1812?

-Está prohibido por el Derecho Canónico. Nos prohíbe taxativamente desde 1917 intervenir en política. Tendría que obtener una dispensa de la Santa Sede, que puede dispensar a uno, pero no a cincuenta.

-¿Hay una teología contra la crisis?

-Es la prioridad de todos. Que nadie esté tirado en la calle y que miremos por las familias, el cimiento fundamental.

-Estudió en el seminario de Mondoñedo, cuna de un prestigioso escritor políglota. ¿Con Cunqueiro hablaba en gallego o en alemán?

-Hablábamos en español.

-En Múnich también estaba José María Javierre, que vino a Andalucía para escribir una biografía del cardenal Spínola y se quedó...

-Fue mi rector en Múnich.

-Es Domingo de Pentecostés. Juan Pablo II estuvo en El Rocío. ¿Ha hecho usted el camino?

-Me tocó predicar el septenario en Almonte, que no es poco.

-¿Vivió en Santiago el ascenso del Compostela a Primera?

-El Compostela es un equipo de nada.

-¿Ha seguido la derrota en los penaltis del Bayern de Múnich en la final de la Copa de Europa?

-¡Hombre, el Bayern de Múnich es otra cosa!

-En su conferencia recordó que la reina de Inglaterra es cabeza visible de la Iglesia anglicana y usted comió en la casa gaditana donde se alojó Wellington. ¿Cómo ve el contencioso de Gibraltar?

-Tenemos buenas relaciones. Estuvimos allí hace poco.

-¿Está Dios a un lado?

-Los franceses sustituyeron a Dios por la diosa Razón. Dios está en todos sitios. Un ochenta por ciento de los edificios que visitan los turistas que vienen a España son patrimonio de la Iglesia.