Cuartos de final

Alemania-Grecia, un duelo de prejuicios

  • La prensa de uno y otro país se encarga de calentar el choque, al que asistirá Angela Merkel, buscando símiles económicos. En su día, hasta los Monty Python imaginaron un Alemania-Grecia, pero con filósofos.

Disciplina contra caos, potencia europea contra Estado en bancarrota, queso feta contra chucrut: la crisis del euro convierte el Alemania-Grecia de este viernes en un duelo de prejuicios mutuos. Y hace olvidar que los dos países comparten mucho más de lo que creen. Como si se tratara de un nuevo clásico europeo, el cruce en cuartos de final de la Eurocopa se vive más allá de lo deportivo. Si los diarios de un lado coquetean con la imagen de una Grecia hedonista y perezosa, los del otro piden vengar en la cancha el mandato de ahorro de una inflexible canciller Angela Merkel.

"¿Qué pueden ofrecer los griegos, además de deudas?", provoca el diario alemán Bild a la hora de analizar el juego heleno. La conclusión es que la única estrategia del equipo de Fernando Santos será el juego duro: "Chicos, ¡cuiden sus huesos!", recomienda a los de Joachim Löw. El diario sensacionalista, el más vendido de Europa, lleva tiempo atizando los prejuicios de muchos alemanes de que sus socios sureuropeos no saben administrarse. Ahora mantiene esa línea en tono de burla económico-futbolística afirmando por ejemplo que el viernes "no habrá rescate que los salve". Logra también que el delantero Thomas Müller confiese que "los chistes sobre griegos no están vetados" en el vestuario alemán. También se entusiasma con el hallazgo de que el delantero Georgios Samarás -casualmente apellidado como el nuevo jefe de gobierno griego- se unta pomada de zapatos en el pelo para peinarse.

Los diarios griegos, a su vez, se preparan para una "victoria de la unidad nacional" contra "la dominación extranjera alemana". Goal News ensayó un juego de palabras al exigir: "Que nos traigan ahora a la Merkel. No van a echar nunca a Grecia del EURO". La canciller cumplirá el deseo y anunció que estará en el partido en Gdansk. En medio de esa escalada, son muchos lo que recuerdan que sólo se trata de un partido. El propio Goal News reconoce que la crisis política no se resolverá en la cancha: "Relájense, no es más que fútbol". También el técnico Löw esquivó elegantemente la tensión asegurando que tiene un "acuerdo" con Merkel: "Ella no se mete en alineaciones y tácticas y yo no me meto en sus posiciones políticas".

El partido del viernes podría servir no sólo para reforzar prejuicios, sino también para recordar los muchos puntos en común que comparten ambos pueblos. El primer rey griego tras su independencia del Imperio Otomano en 1829 fue un alemán, Otto I (1815-1867). Visto como una imposición de acreedores extranjeros -mejor evitar paralelismos con la situación actual- terminó depuesto y expulsado del país en 1862. Recuerdos más cercanos y felices dejó otro rey Otto alemán: el entrenador Otto Rehaggel, con el que Grecia ganó en 2004 precisamente la Eurocopa y alcanzó el mayor logro en la historia de su fútbol. "Tengo dos corazones en el pecho", señaló el legendario técnico ante el duelo del viernes. "Estuve mucho tiempo en Grecia, aunque por supuesto soy alemán de cabo a rabo. Espero que mis griegos jueguen bien. Pero tampoco estaría decepcionado si gana Alemania".

Griegos y alemanes comparten finalmente un destino espiritual: el que convierte a ambas naciones en cuna de los filósofos más influyentes de la historia. El grupo de humor británico Monty Python se divirtió imaginando un símil futbolístico para esa relación y el vídeo volvió a circular estos días en las redes sociales. Otro efecto inesperado y feliz del partido del viernes.

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