GABRIEL tiene un don instalado en su cerebro que le permite acceder a todo el espectro electromagnético para analizar y procesar, en cuestión de nanosegundos, toda la información de cualquier elemento que le rodea; y esto incluye a personas. Este chip implantado es un arma de doble filo para el protagonista de Intelligence -una serie de ciencia ficción-, pero también lo es para una obra de la CBS que nada reinventa, pues apuesta por la acción y la frescura de sus episodios, sin florituras en el guión.

Michael Seitzman ha creado un concepto un tanto desfasado a estas alturas de la era digital, donde la idea de personas dopadas tecnológicamente se explota ya en películas o en series como Almost Human, inevitable por tanto la comparación con el thriller de la FOX. No obstante, Josh Holloway -quien da vida a Gabriel- no ha perdido ese encanto que supo concederle al carismático Sawyer, uno de los personajes más queridos de Lost. Aquí de nuevo vuelve a dejarnos algún que otro comentario lleno de ironía y cómo no, de humor.

Intelligence no es emocionante, de hecho, resulta hasta previsible en la mayoría de sus escenas, ya que están realizadas y pensadas para entretener, abusando de los efectos especiales y convirtiendo un combate cuerpo a cuerpo en una pelea surrealista y absurda. A pesar de este contrapunto, la serie tiene un buen clima y sabe a lo que juega, pues muestra todas sus cartas en el piloto y cumple con lo que promete en cada uno de sus capítulos. Los diálogos, aunque no son inteligentes, tienen una frescura que engancha y se suma a la nitidez de un argumento sencillo y sin demasiados enredos.

La banda sonora rezuma una atmósfera tensa, con unas piezas absorbentes para enaltecer las persecuciones, combates y tiroteos que inundan la pantalla. Es un aspecto interesante porque Intelligence pretende ser una serie de aventuras a través de una trama cibernética y una historia emocional paralela que conlleva una búsqueda especial para Gabriel.

Y como en toda serie donde el marco principal lo sustenta una pareja, aquí la química entre Gabriel y Riley Neal (Meghan Ory) no existe en un principio pero irá apareciendo a medida que avanzan los casi 45 minutos que dura cada episodio. La camaradería y la complicidad afloran tarde o temprano, aun cuando la crítica asevera que la realidad es una antiquímica debido a unas pobres interpretaciones.

Intelligence no ha sido una revelación en este 2014 pero su estreno en FOX Crime denota buena acogida. La acción y la tecnología se fusionan para engendrar un prototipo dinámico, ágil y robótico. Muy recomendable para los adeptos de Josh Holloway.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios