MIÉRCOLES. AVE Sevilla-Madrid, salida de Santa Justa 13:45. Clase Preferente, asiento ocupado por una consejera de la Junta de Andalucía. Se dirige a Madrid con un alto cargo de la Consejería al que no identifico. Yo en el asiento de atrás. La consejera despacha en un tono de voz alto que me impide dormir la siesta tras el almuerzo de juguete del tren, lo que me fastidia bastante. Oigo una conversación del estilo de la antigua serie de la BBC Sí, ministro. El alto cargo le va dando explicaciones en un tono extraordinariamente didáctico y la consejera hace preguntas básicas sobre cuestiones de su competencia. Van a una reunión en Madrid en un Ministerio. Suena el móvil. La consejera habla con alguien y le pide que amplíe un crédito de dos millones a cuatro. El interlocutor le da calabazas. Cuelga. Le dice a su acompañante que es para los ayuntamientos de Sevilla y Jaén. Se queja de que los trabajadores del Ayuntamiento de Jaén son del PP y dificultan la gestión, que las nóminas se han retrasado tres días y que le han montado un lío tremendo a la alcaldesa. Se queja de que Izquierda Unida, socio de gobierno en Jaén, se ha reunido con los empresarios de Jaén para decirles que el Ayuntamiento tiene dificultades financieras, que la consejera niega. Acto seguido, y a pregunta del acompañante, le dice que dan como seguro el cambio de color político de las alcaldías de Sevilla y Jaén. El acompañante se sorprende y ella le responde que con sus datos la pérdida es segura. Hablan con alguien del Ministerio, una mujer, que les espera. El acompañante le dice a la consejera que vayan andando. La consejera responde que no, que vayan en taxi, que no va andando ni desde Atocha hasta el Prado. En medio de todo, comentarios sobre la filtración al PP del documento de previsiones de recortes presupuestarios y de la estrategia para contrarrestarlo, incluye comentarios negativos sobre los presidentes de la Junta y del Gobierno. Se trata también de la normativa de los chiringuitos de la playa y de la postura de los catalanes al respecto -en ese punto el tren hacía más ruido y aunque no me dejaban dormir no les entendía bien-. La consejera dice que viajan en clase preferente y que eso es contrario a las instrucciones de austeridad recientes, que debieran ir en turista, lo que considera una chuminá. También dice que van a anunciar que dejan de tener coches oficiales de gama alta, lo que también califica como chuminá, y que si siguen con tonterías como esa tarda "un minuto y medio" en dejar la política y dedicarse a otra cosa. A la vuelta el sábado coincidí en el vagón con José Caballos. En el mismo tren iba Manuel Chaves. El saludo entre Chaves y Caballos, de antología, y la maniobra de Caballos para retrasarse y dejar que se alejara, absolutamente genial. En fin. El PSOE no me deja dormir la siesta en el tren, pero al menos me entretienen".

Esto es verídico. Palabrita del Niño Jesús.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios