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Un millón para romper la baraja

  • Las exigencias económicas de los agentes de Emana, que incluso inflaron la deuda del Betis, frustran por ahora su venta.

Cuando parecía que el Betis había encontrado en el Dnipro un destino que agradaba a todas las partes para el futuro de Emana, las exigencias de los agentes de éste rompieron el acuerdo y acabaron por frustrar la operación. "No se va a hacer. No hemos llegado a un acuerdo y no se han cerrado los flecos. No vamos a entrar en detalles. El Betis no ha llegado a un acuerdo con el equipo de Ucrania y no se va a hacer", explicó el director deportivo bético, Vlada Stosic, durante la presentación de Matilla para justificar esta decisión, cuando 24 horas antes el presidente, Miguel Guillén, había apuntado que la oferta satisfacía las peticiones del club bético.

La historia presenta múltiples aristas, aunque si entre el lunes y ayer no se pudo cerrar un traspaso que era deseado en las entrañas del club verdiblanco, la responsabilidad hay que buscarla en los agentes del jugador, quienes llegaron con unas exigencias económicas inaceptables para el Betis, después de haberse encontrado con la negativa del Dnipro a aumentar la oferta final realizada por el camerunés. Pese a todo, el interés de Juande Ramos, entrenador del equipo ucraniano, por Emana es grande, ya que incluso se puso en contacto telefónico con el camerunés, por lo que todo podría pasar en un futuro.

El agente de Emana, José Rodríguez Baster, que no fue quien trajo la oferta del Dnipro al Betis, solicitó al club verdiblanco un millón de euros de comisión para dar el visto bueno a la operación, aparte de otras cantidades menores que se discutían para el jugador. Lo único cierto es que la oferta del Dnipro a Emana era sustancialmente superior a lo que éste ha ganado en el Betis las tres últimas temporadas e incluso triplicarían lo que el camerunés pudiera ganar de aplicarse el ERE que el club mantiene en estudio a su contrato. De hecho, el Dnipro ofrecía hasta 1,8 millones de euros netos a Emana por las tres próximas temporadas, una cantidad que ahora mismo parece fuera de mercado para un jugador que lleva dos temporadas en Segunda y que tampoco viene siendo convocado por la selección de su país.

Los agentes del jugador finalmente exigieron al Dnipro que se hiciera cargo de la deuda que el Betis mantiene con Emana. Lo curioso del caso es que los agentes señalaban que la deuda serían unos 600.000 euros, mientras que en el informe realizado por los administradores concursales y depositado en el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Sevilla se apunta a que el Betis sólo adeuda 143.912,90 euros a Emana, una cantidad cuatro veces menos a la solicitada por sus agentes. La negativa del equipo ucraniano provocó que se la pidieran al Betis y la respuesta también fue negativa.

El club verdiblanco, que entendía que los cuatro millones de euros al contado que percibiría por la operación satisfacían sus pretensiones, por aquello de permitirle acudir de nuevo al mercado para completar su plantilla, intentó retomar la negociación, pero las exigencias planteadas por los agentes de Emana se entendían como del todo inaceptables en estos momentos.

"Han llamado algunos equipos preguntando por él, pero la única oferta en firme que teníamos era la del Dnipro", aseguró Stosic, consciente de que a Emana se le ha ofrecido en numerosos mercados sin que hasta ahora haya llegado una oferta al club. Pese a todo, el director deportivo quiso lanzar un mensaje de optimismo sobre la situación que se plantea: "Emana para nosotros sigue siendo importante y vamos a estar encantados de tenerlo dentro del equipo. Si aparece un club que realice una oferta que entendamos buena, se podría hacer la operación".

Lo único claro es que la frustrada venta rompe los planes de la dirección deportiva y, aunque no se expresara en público, el malestar con los agentes de Emana era grande en Heliópolis.

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