Betis | cartagena · el otro partido

El aprendiz de Guerrero

  • Pino Zamorano y sus asistentes amplían su negro historial · La grada la toma con el árbitro y con el panameño Quintero

Una de las polémicas de la semana colocó como protagonista a Rafa Guerrero. El ya afortunadamente retirado asistente se despachó a gusto contra todo en un programa de la televisión vasca, acompañado del árbitro en activo Iturralde González. Y ayer tanto Pino Zamorano como sus asistentes, David Canales Cerdá y Raúl Escuderos Sánchez, homenajearon al famoso asistente por aquel "¡penalti y expulsión!", que tanto disgusto provocó en Mejuto González. "Expulsión, expulsión", se leyó en los labios del asistente cuando Pino Zamorano le pidió explicaciones para acabar echando injustamente a Carlos García.

Ahí acabó por explotar Heliópolis. La actuación del árbitro adscrito al colegio castellano-manchego ya venía manteniendo la línea que lo ha convertido en uno de los peores colegiados del fútbol profesional. Tarjetas a destiempo, malas aplicaciones del reglamento y equivocaciones en toda regla ya habían calentado a la grada, que no olvida el amplio negro historial de Pino Zamorano, en general, y con el Betis en particular.

Los insultos de todo tipo hacia el trío arbitral e incluso con el cuarto de por medio se escucharon a cada momento en Heliópolis, hasta que Pino Zamorano y sus adláteres cogieron el camino de los vestuarios. Pero sí justificada estaba la bronca hacia el árbitro principal, no se puede decir lo mismo de lo ocurrido a falta de doce minutos de la conclusión del encuentro, que requiere la mayor de las condenas. "En el minuto 78 detuve el partido para que se activase el protocolo antirracista, por insultos al jugador número 15 D. Alberto Quintero Medina", recogió Pino en el acta. No se entiende que un sector de la grada la tomase con el panameño del Cartagena y aplaudiese a Emana. Las cosas raras del fútbol.

La actuación de Pino se enmarcó dentro de un homenaje a Rafa Guerrero, que ha dejado discípulos en el fútbol. "Todo lo malo se pega", se dice en el lenguaje callejero. Y parece que colegiados como Pino han tomado el peor de los ejemplos a seguir. Los aprendices de Guerrero pusieron una muesca más en Heliópolis.

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