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En Triana los juguetes eran los Reyes

  • Entusiasmo. 17 carrozas y un millar largo de beduinos participaron en la cabalgata de Reyes de Triana. También las celebraron, entre otros barrios, Cerro-Amate, el distrito Sur y Palmete

AUNQUE Osorno estuviera cerrado a cal y canto porque los Reyes en su multiplicación de los panes y los PCs acabaron con todas las existencias, la de Triana no es una cabalgata en diferido. En el mercado de la Epifanía ya estaba todo el pescado vendido, pero allende el Altozano el reloj es distinto. Está en los libros de Justino Matute, en el callejero trianero. Como en las campanadas de Año Nuevo, si Sevilla es Sidney, Triana sería la Puesta del Sol sin pamplinas mediáticos.

A las cinco y media ya estaban en la calle las primeras carrozas. Cross de beduinos en la esquina de San Jacinto con Santa Cecilia, patrona de los músicos y también madrina de los buenos caracoles. Melchor sabía de frenos y acelerones, porque lo encarnaba Manuel Vizcaya, capataz de la Estrella. Completaban la terna Manuel Pérez Luque, de la Peña Trianera, y José Luis González Pérez, un Gaspar por sorteo.

Enfermeros, médicos y personal del hospital Infanta Luisa se asomaban a la puerta para ver el cortejo. Un hospital que se inauguró el 20 de diciembre de 1927, una semana antes de que se reunieran en Sevilla los poetas del 27, y fue reinaugurado tras su ampliación por una de sus más ilustres pacientes, la duquesa de Alba, en el bloom's day de 2011.

Las carrozas vienen por la Avenida de Coria y dejan a un lado el Tardón, el barrio de la presidenta de la Junta de Andalucía. Un viaje equinoccial desde el barrio León hasta la calle Castilla. Un recorrido de barrio aunque la palabra Triana tiene mucho tirón entre los turistas. El bar La Esperanza no da abasto. El local se llena de gente y el churrero se queda sin masa. Un camarero le hace el pedido a un compañero y parece la terna de Reyes Magos: "Dos máquinas y un manchado".

En Triana los juguetes son los Reyes Magos y su abigarrada figuración. Se oyen las campanas de la capillita del Carmen. A primera hora, el sol deslumbra a los que caminan por San Jacinto. La gente peatonaliza hasta el carril-bici. La tarde se va apagando, pero no las ganas de fiesta. A diferencia de la Cabalgata matriz, es un itinerario de interiores. Reencuentro de vecinos: "el coche de la Barbie no hace nada, pero no lo puedo devolver porque lo desarma todo; lo mismo con la muñeca a la que le da fiebre".

Cambio de guardia. Se apaga el sol -Losada Villasante sabe que es una licencia poética, en absoluto científica- y encienden el alumbrado. Particularmente vistoso en el Altozano, presidido por la bailaora del escultor e imaginero Jesús Gavira. Esta plaza, frontispicio de la Velá, peaje de los que cruzan el puente, está coronada por una red radial de bombillas. Dentro de ellas, como en una ilustración de El Principito, que algún año merecería una carroza temática, la luna atrapada entre las bombillas.

El Altozano es un cuadrilátero de emociones. Una placa reconoce los méritos de Paco Arcas a pocos metros del recuerdo en rúbrica de cerámica a Alberto Jiménez-Becerril. Cerca de Pureza, la deuda de la memoria con el farmacéutico Aurelio Murillo Casas. Reyes magos sin carroza, de la vida cotidiana. En el edificio del BBVA, esquina de San Jacinto con San Jorge, un balcón que es un palco para esta ópera popular. Entre los ocupantes de esta privilegiada platea, Manuel Loreto. Su condición de saetero le hace catedrático de los balcones; su memoria de armao le lleva a emular los compases de una de las bandas. La única saeta para las majestades de Triana, Oriente de Sevilla, es el nombre popular del primer avión a reacción español, que hizo su primer vuelo el 12 de agosto de 1955 y fue fabricado en la fábrica que Hispano-Aviación tenía en San Jacinto, ayer descansadero y abrevadero de caminantes.

Regreso de Castilla a León sin lagos de Sanabria. Entre carroza y carroza, algunos miraban el mapping permanente que le da a la ciudad notoriedad universal: la Giralda y la Torre del Oro iluminadas, entre el cielo y el suelo, como en la canción de Mecano.

También hubo cabalgatas en Cerro-Amate, el distrito Sur y Palmete-La Doctora, donde los Reyes Magos llevaron el regalo añadido del pellizco de la lotería del Niño. Gran protagonista de la noche en su crepúsculo vacacional. Hoy es la vuelta al cole. La auténtica Lotería del niño con pedrea y reintegros. Los mayores ponen a punto la agenda del 14. Una de las bandas tocaba Carnaval te quiero. Un joven la tarareaba y planeaba con sus amigos un viaje a Cádiz. Triana es puente sincronizado entre las dos fiestas, la que despide a la Navidad y la que precede a la cuaresma.

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