El Sevilla tiene un problema. Lo lleva teniendo desde hace algunas temporadas, pero hasta ahora, más o menos, Monchi ha ido salvando los obstáculos como ha podido. El reparto de fichas para competiciones europeas supone un auténtico dolor de cabeza para la planificación sevillista. La UEFA exige que, en una relación de 25 inscritos, cada club tenga a ocho españoles, cuatro de ellos formados en su cantera.

El Sevilla hasta ahora ha tenido problemas con los canteranos, de hecho en esta temporada sólo ha podido inscribir a Sergio Rico, pero ya empieza a tenerlo con los nacionales. No en vano, una de las cuestiones por las que no accedió a vender a Iborra al Sunderland fue porque el club estaría obligado a sustituirlo con un jugador español. Monchi ha explicado en numerosas ocasiones que el mercado extranjero siempre ha ofrecido condiciones mejores en lo económico que el nacional, es decir, que el futbolista español, por regla general, es más caro.

Lo que ocurre es que el modelo de negocio obliga al Sevilla a revisar estas cuestiones y la entidad ha iniciado una política de renovaciones de sus futbolistas nacionales para asegurarse el futuro, si bien ha tenido ofertas de otros clubes por dichos jugadores. Así, si el Sevilla ya se apuntó el tanto con la renovación de Vitolo, que tuvo una jugosa oferta del Atlético, según explicó ayer Radio Sevilla, está a punto de cerrar las condiciones para ampliar el contrato de Iborra, algo que, como este periódico publicó, fue prometido tras el interés del Sunderland. Como nacionales no canteranos, la plantilla del Sevilla cuenta, aparte de con estos dos jugadores, con Escudero y Sarabia. Este último acaba de firmar, pero con el lateral también empieza a haber contactos. David Soria, fuera de la lista, también renovó la temporada pasada.