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La contaminación visual de las señales

  • El Ayuntamiento instala en la ciudad 1.300 carteles con distintas advertencias para la Semana Santa.

Las señales con las que el Ayuntamiento de Sevilla ha minado el centro de la ciudad en Semana Santa suponen una especie de contaminación visual. Ya no sólo estropean la foto perfecta que cada cofrade busca, más aún desde que los teléfonos móviles incorporaron cámaras fotográficas de calidad, sino que son muchos los momentos que quedan afeados por un cartel que indica que se recomienda no usar una sillita portátil, por ejemplo.

En algún cruce se mezclan varios rótulos, a cada cual más llamativo, que conviven con las señales de tráfico que se mantienen durante todo el año. Son en total 1.300 las señales que el Ayuntamiento ha colocado en la ciudad para la Semana Santa. Las hay de las que llaman la atención por la presencia de obstáculos en la vía pública, las que aconsejan que no se coloquen sillitas plegables en determinados cruces, las que alertan a motoristas y conductores de que el pavimento puede estar deslizante por la cera vertida por los nazarenos, las que advierten al público que está en una zona de grandes aglomeraciones de personas, las que informan de la presencia de cámaras de videovigilancia, las de prohibido aparcar...

La fotografía de arriba, tomada en la calle Arfe, es especialmente llamativa. En apenas dos metros coinciden la señal de estacionamiento regulado por zona azul, la de la máquina para sacar el tique de la zona azul, en cuyo poste se ha añadido ahora la de la recomendación de no usar las sillitas plegables, y la advertencia de encontrarse en una zona videovigilada. Ejemplos como este hay a montones en el centro. El Consistorio apuntó que retiraría las señales de prohibido aparcar instaladas en la calle Cardenal Cisneros, en la puerta de la parroquia de San Vicente, donde cuatro carteles se habían colocado en diez metros.

Especialmente llamativo es el caso de las placas que desaconsejan el empleo de sillitas portátiles. El Ayuntamiento anunció el año pasado que iba a prohibir estos elementos porque suponían un riesgo para la seguridad ciudadana, ya que se bloqueaban las calles y posibles vías de evacuación en caso de emergencia. Sin embargo, en la cuaresma decidió relajar tal prohibición y apostó por una campaña de información que consistía en pedir a la ciudadanía que no colocase sillas portátiles en 28 puntos críticos, todos aquellos cruces en los que podían confluir varias hermandades o bien obstruir una vía de mucho paso de personas. Por si no fuera suficiente con un cartel, en muchos de estos cruces se han colocado dos, uno en español y otro en inglés, como si no fuera posible hacer uno solo con los dos idiomas.

La campaña de información ha sido un absoluto fracaso desde el Domingo de Ramos. Nadie ha respetado las señales y desde primeras horas de ese día hay sillas colocadas en todos los puntos críticos. Cruces como Rioja con Velázquez al paso de las cofradías de Triana se han convertido casi en una Carrera Oficial alternativa. De nada han servido ni el "No usar sillas portátiles en este cruce" ni el "Do not use portable chair at this crossroads", salvo para afear la estética de unas calles ya de por sí sobrecargadas de semáforos y luminosos de tiendas y restaurantes.

El Ayuntamiento asegura que ninguna hermandad se ha quejado de este asunto y que ha intento aprovechar árboles, postes y farolas para no tener que levantar señales nuevas. La creación e instalación de estos carteles tiene un coste de 70.000 euros y forma parte del contrato general de las señales de tráfico de la ciudad.

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