Liga bbva

Aire fresco y respiro hondo (1-0)

  • El Betis gana en casa por primera vez desde septiembre a un rival aún más depresivo. Musonda comenzó el triunfo ante un Valencia cadavérico.

Por fin. Ya era hora. Merino logró su primer triunfo rompiendo una pésima racha de nueve partidos sin ganar (tres con él) obteniendo un respiro muy necesario en el estreno de Ángel Haro como presidente y de Musonda y Montoya en el campo. El joven belga fue clave insuflando aire fresco al previsible juego de su equipo y, tras una primera parte insufrible en general, le dio la velocidad suficiente al Betis para ganar a un equipo aún más deprimente (quizás el único) de lo que venía siendo el casero de Heliópolis. el Valencia dio una imagen preocupante a pesar de su arreón final y el Betis suma de tres en casa por primera vez desde el lejano triunfo ante la Real, allá por septiembre, hace ya una vuelta completa.

Un gol de Rubén Castro que desnudó al ya semivestido Valencia al principio del segundo tiempo permitió al Betis ganar por fin ante los suyos y respirar profundo ante una situación que empezaba a oler a demonio. De fútbol sigue yendo justito, pero la llegada de Montoya y Musonda, ya titulares, vino acompañada de una buena disposición defensiva y una clara priorización de la portería a cero como base para buscar el bingo arriba.

De entrada Merino, ratificado por el nuevo presidente Ángel Haro, se atreve con dos delanteros. Hay que ganar por narices y a Rubén Castro se suma Van Wolfswinkel. No en vano Joaquín es baja por lesión y Cejudo por sanción, así que como planteamiento parece diferente y decididamente ofensivo. Los recién llegados Musonda y Montoya ocupan la banda derecha mientras Leandro Damiao no entra en la lista. Apenas un entrenamiento, con lo que...

El Betis, a pesar de su ambicioso plan, firma 40 minutos de la nadería más absoluta, sin acercarse siquiera al portal de Ryan pero, eso sí, evitando que el Valencia pisara apenas el área. Así, con Rubén Castro y Negredo inéditos, la atención se dispersaba entre un tedio insoportable. Lo mejor del Betis es que atrás no pasa estrecheces de ningún tipo, pero algo necesito cambiar para poder resolver su triste realidad actual.

Si acaso Musonda, debutante junto a Montoya para ocupar la banda derecha del Betis, ofrecía algo distinto. Le cuesta soltarla y le cuesta defender, pero aporta ese desborde del que ya hablaba Mel en verano y que Joaquín no ha terminado de conseguir. El belga, en apenas dos careos, ya se había ganado a la grada, lo cual dice bastante de sus posibilidades aquí y poco de lo que la plantilla del Betis podía ofrecer.

Es precisamente Musonda quien atisba las grietas de este Valencia que se desmorona, y en ésas consigue encontrar desde el centro a Van Wolfswinkel totalmente solo a la derecha, pero el holandés, al borde del área, tira muy al centro, fácil para Ryan.

La única ocasión del primer acto es bética, pero eso no es decir gran cosa y la necesidad es tan grande que se antoja francamente insuficiente. No se ha sufrido lo más mínimo pero arriba, ni rastro.

Eso cambia nada más comenzar el segundo acto, justo cuando Negredo, cruzado, recuerda a Adán que el Valencia también anda tieso de puntos. Recibe Rubén Castro en la izquierda y se apoya con calma en la llegada por el centro de Musonda, quien prolonga para dejar solo a la derecha, otra vez, a Van Wolfswinkel. El holandés parcee tirar pero su envío dulce encuentra al canario antes que a Ryan con toda la defensa en la inopia, y el gol revienta de gozo al castigado Heliópolis en el 49.

El partido entra en una espiral interesantísima, más descontrolada, y Negredo roza el empate dos minutos después cuando Cheryshev gana por fin a Montoya y se planta por su izquierda ante Adán. Inteligente, el ruso cede a Negredo por el centro, pero el ex sevillista intenta asegurar y Vargas llega para sacar la pelota medio metro antes de que entre.

El atracón tras la tiesura debe parecer demasiado y el partido va decayendo entre faltas y amarillas. El Betis vuelve a controlar al Valencia y gestiona su ventaja con intensidad (palabra mágica), pero Ryan vuelve a quedar lejos.

Merino mueve ficha pero no renuncia a los dos delanteros, y Molina, recién entrado por Ricky, cabecea de manual a gol. El árbitro lo anula por fuera de juego, que lo era y no era fácil de ver, y el Valencia en el 90, ya con diez porque Musonda sigue haciendo estragos castigando a Gayá, logra marcar en una acción de Mustafi casi calcada a la de Molina. Si acaso, aún más apretada.

Sánchez Martínez, superado desde el comienzo por la tensión y la necesidad, también anula este gol, Adán impide en el 93 el empate de Rodrigo y el Betis grita de alivio. No es para menos. La cosa se estaba poniendo fea de asustar y el duelo de comatosos se lo llevó un Betis que gestionó su defensa y su ventaja y que aguantó el arreón final de un acaudalado a la desesperada y amenazando ruina de las gordas. Tras meses sin ganar en casa lo logró el Betis y es de esperar que se convierta en un punto de inflexión que devuelva el foco al césped y lo saque definitivamente del palco.

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