Jiménez se estrelló con su apuesta por disponer a todas las estrellas sobre el campo. Había funcionado el equipo con Fazio y Renato, y Kanoute esperando en el banquillo, y la vuelta a la normalidad deparó el peor encuentro del Sevilla en toda la temporada. El autogol de Daniel trajo la imprecisión y la precipitación y la apuesta de la vuelta al clásico 4-4-2, con el regreso de Poulsen, se fastidió después de una salida fulgurante y con muchas llegadas. La irrupción de Renato coincidió con el 0-2 y ya todo fue un caos.
Defensa
Mientras hubo partido, Daniel volvió a dejar mucho hueco a sus espaldas en su afán por acarrear balones arriba y Mosquera tuvo mucho trabajo desplazándose hacia el flanco derecho. Además, tanto el colombiano como David Prieto tuvieron que afrontar varios uno contra uno debido a que los jugadores del Almería llegaban tocando aprovechando la enorme laguna que dejaban Poulsen, condicionado con una tarjeta absurda en el minuto 20, y Keita a sus espaldas.
El 0-2, con Soriano avanzando varios metros antes de disparar, evidenció que la entrada de Renato por Poulsen no varió nada.
Ataque
El equipo funcionó por las bandas como es habitual hasta el 0-1. Capel tuvo movilidad y encontró la ayuda del recuperado Adriano y Daniel estuvo activo hasta que su autogol no sólo lo descompuso a él, sino a todo el equipo. Hasta ese momento, el Sevilla desaprovechó cuatro o cinco llegadas muy francas en las que fallaron al remate Luis Fabiano, Kanoute y Keita. Tampoco hubo remate tras el cortocircuito total del dibujo y con el equipo volcado a lo loco.
Virtudes
Si acaso, la vergüenza de varios jugadores, como Kanoute.
Talón de aquiles
El regreso de Poulsen lo trastocó todo y se perdió la gran ocasión.
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