Pieter Weening (Orica) se adjudicó la novena etapa del Giro de Italia, entre Lugo y Sestola, de 174 kilómetros, segundo final en alto, mientras que Cadel Evans (BMC) conserva el liderato. El holandés se impuso a su compañero de aventura, el italiano Malacarne. Pozzovivo llegaba segundos después, superando en la recta final al líder.

La jornada dejó las cosas como estaban, aunque Pozzovivo arañó casi medio minuto a Evans, que dio la sensación de que no quiso forzar, ya que tiene una buena renta en la general y falta mucha montaña. La salida fue un tanto nerviosa, con muchos intentos de escapada que no fueron a ninguna parte. Una caída masiva, hacia el kilómetro 50, rompió el pelotón y la tranquilidad impuesta por Evans y su equipo.

Los protagonistas fueron Berard, Rodríguez, Bandiera, Barbin, Tanner, Gatto, Bono, Duque, Monsalve, Van der Sande, Weening, Malacarne, Puccio y Vorganov. El buen entendimiento permitió a la fuga abrir un hueco de hasta ocho minutos. El BMC volvió a imponer un fuerte ritmo para evitar sorpresas.

Al final, el entendimiento de los escapados dejó de funcionar y el marcaje a ser una constante, pues nadie quería asumir la responsabilidad y malgastar fuerzas en el alto de la Roccheta Sandri, una tachuela de cuarta categoría cuya cima estaba ubicada a 30 kilómetros de la meta.

Samuel Sánchez, compañero de Evans, era el más activo en el grupo principal, mientras que Tanner dejó a sus compañeros de aventura y coronó primero la Roccheta Sandri, con casi cuatro minutos sobre Evans, Quintana y el resto de favoritos.

El ataque de Tanner llegó a su fin en las primeras rampas de Sestola. Pasó primero Weening y luego Malacarne. Los favoritos comenzaron su guerra particular y el primero en salir a escena fue Pozzovivo, luego el colombiano Urán y, tras ellos, Evans. El duelo en la cabeza se decantó por la fuerza del holandés. Tuvo éxito en los metros finales Pozzovivo, que arañó casi medio minuto a Evans, a Ulissi y a Urán. Hoy será la segunda jornada de descanso.