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Golf y póquer, la fórmula de Rafa Nadal

¿Qué hacer cuando la adrenalina de las batallas deportivas te abandona? Eso le sucedió a Rafa Nadal durante siete meses sin poder competir como tenista, una época extraña en la que el golf y el póquer impidieron que perdiera la cabeza. "Fueron las únicas dos cosas en las que pude competir estos meses realmente", dijo Nadal en Montecarlo, donde reconoció que sigue teniendo "miedo" a que la rodilla lo traicione.

El ex número uno del mundo iniciará hoy la búsqueda de su noveno título consecutivo en el Principado, algo sin precedentes en la era moderna. El lunes se entrenó con un zurdo, previendo que Fernando Verdasco sería el rival en el debut, pero su compatriota cayó ayer (7-5 y 6-3) con el australiano Marinko Matosevic.

A sus 26 años y con casi una década compitiendo al más alto nivel, mantiene intacta la pasión por ganar. Por eso sorprende que diga no sentirse "el máximo favorito" para un torneo en el que lleva 44 triunfos en 45 partidos. "Sé que es difícil de entender, pero no se puede ganar siempre", analizó. Está muy lejos de vislumbrar la retirada. Tiene los Juegos de Río como gran objetivo tras no estar en Londres. Quiere seguir compitiendo.

"Soy una persona muy activa", explica. Entre finales de junio de 2012 y casi febrero de 2013 ese deseo de correr, saltar y esforzarse al máximo le estaba vetado. Así, el golf y el póquer se convirtieron en sus refugios, en parte para alegría de su familia, que sabe que un Nadal "enjaulado" puede ser duro de soportar: "Odio tirarme en el sofá a ver televisión". Pese a todo, tiene buenos recuerdos de aquella larga pausa en Manacor. Sin tenis, su alergia a la vida sedentaria se alivió por otras vías. "Aprendí a jugar al póquer. No entendía el juego y ahora que sí veo que es divertido, competitivo. Hay que tener autocontrol, medir los momentos en los que uno puede atacar y defender". El golf también requiere de esas virtudes. Nadal se lo toma en serio, hasta tal punto que algunos de sus ocasionales acompañantes de vueltas se ríen a sus espaldas de tanta concentración y pasión por ganar. Eso sí, no se ve intentando convertirse en profesional.

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