El Málaga consiguió su tercer triunfo en la Liga de Campeones y elevó su prestigio en Europa al ganar por 1-0 a un Milan que defraudó. Tras errar un penalti, Joaquín se resarció con un gol en la segunda parte que sirvió para que el Málaga mande con autoridad en el grupo mientras el Milan se queda con cuatro puntos.

La primera parte fue muy táctica. El Málaga comenzó mostrando un gran respeto por su afamado contrario, mientras el Milan actuó sin riesgos, consciente de que atraviesa momentos de confusión por su mal inicio de temporada. Las fricciones fueron continuas, con muchas faltas y patadas, lo que se tradujo en muy poco ritmo en el juego. En este escenario el Milan vivió muy cómodo. Apenas se registraron llegadas a las áreas hasta el último tramo de la primera parte, en el que el conjunto español comenzó a crear peligro. Ocurrió porque aparecieron Isco y Joaquín, los dos jugadores más en forma del Málaga. Así, a los 36 minutos Isco disparó desde la frontal del área y el balón se fue cerca del larguero. El joven centrocampista español repitió dos minutos más tarde y obligó al arquero Amelia a intervenir.

La gran ocasión del Málaga llegó a dos minutos del descanso en un regalo del árbitro, el portugués Pedro Proença, quien vio derribo a Gámez donde en realidad un hubo una carga lícita de Constant. Joaquín tiró y lo estrelló en el larguero. El descanso llegó con la decepción local. El penalti errado pareció enrabietar al Málaga, comenzando por Joaquín. El equipo español dio un paso adelante y en la segunda parte se fue a por el partido, ya sin complejos, ante un Milan que renunció a arriesgar.

El conjunto de Manuel Pellegrini encontró su premio a los 64 minutos, cuando el chileno Manuel Iturra realizó un pase magistral sobre Joaquín y el extremo español marcó con categoría con un disparo ajustado sobre la desesperada salida de Amelia. Sólo al final el Milan se fue a por el empate, en parte por el cansancio local, y entonces el arquero argentino Willy Caballero aportó su parte al triunfo del Málaga. La Rosaleda estalló de júbilo al final del partido en una noche histórica que sirvió para que el Málaga reivindicara su recién adquirida categoría continental y diera un paso de gigante hacia los octavos de final de la máxima competición europea.