Si el Cajasol, lamentablemente, nada tiene que ver de un año para otro, lo es para lo bueno y para lo malo. Dicha premisa, en cambio, no es óbice para omitir un dato histórico que, desde luego, no es el más halagüeño de cara al partido que los hombres de Rubén disputarán mañana en la pista de Unicaja: el Caja nunca ha ganado en el Martín Carpena.

Desde que el conjunto malagueño se trasladara del viejo Ciudad Jardín al moderno pabellón en la temporada 1999-2000, las visitas cajistas se saldaron con otras tantas derrotas. Es más, la última vez que el Cajasol venció como visitante en Málaga fue en la campaña 1998-1999, la última que disputó en su antigüa cancha, cuando los sevillanos, entrenados para más inri por Javier Imbroda, se impusieron con un ajustado 71-72.

Especialmente doloroso fue lo ocurrido la temporada pasada, cuando el Caja fue vapuleado por 98-50, que se convirtió en la mayor paliza encajada en su historia. Los malagueños, que, precisamente, venían de recibir el miércoles anterior en la Euroliga un correctivo de similares dimensiones -habían perdido en Badalona por un igualmente sonrojante 105-52-, arrasaron con un 22-0 de inicio, que dejó noqueado al equipo por entonces dirigido por Manel Comas y que semanas más tarde iniciaría un viaje sin retorno hacia el caos.

Alguna vez, antes o después, habrá de romperse semejante trayectoria, porque todas las rachas se acaban, aunque el mero hecho de que el Unicaja pueda estar jugándose su clasificación para la Copa del Rey -precisa ganar, a no ser que el Granada pierda hoy en su pista ante el DKV Joventut, que viene de caer en sus tres últimos compromisos- complica aún más la empresa cajista, que necesita imperiosamente sumar un triunfo que suture la herida en forma de encuentros perdidos que tanto le está dañando.

El Unicaja podrá contar con el pívot Daniel Santiago, que, tras estar un mes lesionado por una rotura fibrilar en su aductor derecho, reapareció el jueves en la Euroliga, competición en la que los malagueños cayeron en la cancha del Maccabi de Tel Aviv -son segundos de su grupo tras el Lietuvos Rytas del ex cajista Price-.

El lleno en el Martín Carpena parece garantizado, donde unos 10.000 aficionados con camiseta verde -regalo del club para conmemorar su trigésimo aniversario- aguardan al Cajasol, que estará acompañado por medio centenar de cajistas.