Durante 37 años Y. E. Yang tuvo ambiciosos sueños y atravesó por múltiples vericuetos en su vida, pero hasta el domingo nunca imaginó que sería el primer golfista surcoreano en ganar un "major" y que además lo haría con un triunfo histórico sobre Tiger Woods.

Ubicado en el puesto 110 del escalafón, Yang dio la gran sorpresa en el PGA al imponerse por tres golpes a Woods, quien antes de esa lid ya había ganado 14 majors. Pero esta vez Yang se le interpuso en el camino del éxito.

Casi por accidente llegó Yang al golf, pues durante su juventud hizo halterofilia para modelar su cuerpo, trabajó como mesero para ganarse la vida y también se vio obligado a pasar el servicio militar, hasta que un amigo le cambió su vida.

Y aunque ahora toma clases regularmente para mejorar la técnica, Yang aprendió los primeros movimientos del golf sólo a través de la observación en el Jejus Ora Country Club, de Seúl, el lugar que le transformó su futuro definitivamente y adonde acompañaba a su amigo como una forma de distracción.

"Realmente no trataba de convertirme en un jugador profesional. Mi gran sueño era tener mi propio gimnasio. Me entrenaba mucho en el gimnasio, pero una lesión en los ligamentos de la rodilla acabó con ese sueño. Yo trataba de ser un trabajador del club o convertirme allí en entrenador, dos cosas que después conseguí", declaró Yang.

Finalizado el servicio militar en su país, Yang se mudó a Nueva Zelanda, donde inició su carrera como golfista profesional. Está casado y tiene tres hijos. Y es una estrella del golf sin haberlo soñado.