Salió del Cajasol, hace un par de temporadas, de una manera en la que nunca debe hacerlo un jugador de la casa. Aquel inesperado apartamiento es parte del pasado más oscuro, y Carlos Cherry, después de destacar el año pasado en el CSKA de Sofía búlgaro, volvió esta campaña a la ACB al enrolarse en el Granada. El domingo se enfrentará por primera vez en partido oficial al Caja, que, pese a todo, sigue siendo su equipo: "Quedan muy pocos de aquellos con los que yo coincidí, aunque siempre seré cajista".

No están siendo fáciles los inicios de Cherry en el conjunto nazarí, ya que, de momento, Sergio Valdeolmillos no está contando mucho con él en las rotaciones: "Sabía que Gianella y Pecile, que juegan en mi puesto, son, junto a Borchardt, sus jugadores preferidos, aunque no soy de los que se conforman. Arrancamos muy fuertes, con cuatro victorias en cinco partidos y perdiendo de uno en Bilbao, y ahí sí jugaba más. En cambio, luego encajamos cinco derrotas seguidas y mi protagonismo disminuyó. Caímos en Menorca -un tres más uno de Marinovic a falta de dos segundos- y en Fuenlabrada en encuentros que teníamos ganados".

Sin embargo, el Granada ha reaccionado en las dos últimas jornadas -viene de ganar en Gran Canaria, donde Cherry no jugó, y en la cancha del Manresa- y ahora cuenta con seis victorias, por lo que mantiene intactas sus opciones para hacer historia y clasificarse por primera vez a la Copa del Rey. "Sería un sueño. Para empezar, tenemos que ganar al Caja y al Akasvayu, y luego veremos... Nosotros estamos muy bien en casa -sólo hemos perdido contra el Barcelona, y tuvimos la última posesión para vencer- y en toda la Liga no recuerdo un momento en el que hayamos ido más allá de diez puntos abajo. Pero el partido del domingo será muy complicado, porque el Cajasol está jugando mejor últimamente y necesita ganar fuera ya. Alucino con la irrupción de Miso tras tres meses lesionado", resume.