Encomendados a Elmer Bennett. Como si se tratase del salvador, del mesías, de la solución al peor mal que se haría carne con el descenso, todos quieren que el base estadounidense participe mañana por la tarde con el Cajasol en el partido a vida o muerte que le enfrentará en San Pablo contra el Kalise Gran Canaria.

Su figura en el equipo es tan imponente que la ausencia del norteamericano haría partir con la moral algo tocada en el inicio de este choque que debería significar el séptimo triunfo de los sevillanos en esta sufridísima temporada.

¿Va a jugar? No había constancia hasta anoche de si Bennett estará a disposición de Manel Comas o tendrá que reponerse por completo de la lesión en el muslo izquierdo que le sobrevino hace un par de semanas en Fuenlabrada.

Ya el pasado jueves acabó la sesión de trabajo con la zona tocada algo sobrecargada y anoche tampoco se le quiso forzar a expensas de que mejorara en las 48 horas que quedaban desde ayer hasta las siete y media de la tarde de mañana, cuando está previsto que salten al parqué de San Pablo los hispalenses y los canariones.

Comas duda. Y lo hace porque por un lado estima más que oportuno poner en liza a su hombre más seguro en las últimas comparecencias, al jugador que dota de tranquilidad al equipo y quien lo ha ido mejorando con el paso de las jornadas. Pero, ¿y si se rompe para el resto del curso? He ahí el contratiempo. Las sensaciones del propio Bennett son más optimistas que la de su técnico y piensa que podrá echar una mano durante una parte del partido.

Hay algunas voces que están a favor de asumir riesgos en el caso de que no esté del todo bien el base. "No es momento para el conservadurismo", dicen algunos dentro del club; "estamos ante una final y tenemos que sacar el encuentro adelante como sea", remachan.

En definitiva, nadie sabrá a ciencia cierta hasta poco antes del compromiso liguero si Bennett competirá con el resto de sus compañeros.

Lo que sí debería aprovechar el conjunto hispalense es la coyuntura de que el Gran Canaria puede estar con la cabeza en el próximo martes, cuando dispute a las ocho de la noche la ida de los dieciseisavos de final de la Copa ULEB ante el Bosna Sarajevo. Los isleños, al tener que jugar en San Pablo el domingo muy tarde a causa de la Copa de la Reina de baloncesto que se celebra en el recinto sevillano, partirá de nuestra ciudad directamente hasta tierras balcánicas sin pasar por Las Palmas. Dicha baza tiene que estar en la bocamanga del Cajasol para no llevarse sustos.