Balance de la temporada

La décima plaza no oculta la mediocridad

  • El enésimo proyecto acaba en tiempo perdido y otra obligada regeneración Rubén Castro y Adán, la base de la permanencia

Con la perspectiva del tiempo, la temporada 2015-16 probablemente quedará en el olvido, al menos para los aficionados. Eso sí, los dirigentes, actuales y futuros, bien harían en tomar nota para no repetir los errores que han llevado a la mediocridad. La décima plaza final maquilla la realidad de este Betis, que acabó la temporada con presidente, director deportivo y entrenador distintos a los que la inició, lo que señala el fracaso del enésimo proyecto, que ahora debe empezar a remodelarse.

El sostén deportivo volvió a quedar en manos de Rubén Castro y Adán. El delantero anotó 19 goles, su mejor registro en Primera, y acumuló el 56% de los tantos del equipo. El siguiente en la lista de artilleros es el argentino Pezzella, con tres, y el resto de atacantes del equipo no pasó de un gol -Jorge Molina, Van Wolfswinkel y Rennella-. Los estadísticos cifran en 18 puntos la rentabilidad de los goles de Rubén Castro, una aportación más difícil de cuantificar en el caso de Adán, el otro baluarte de la permanencia con sus paradas.

Comenzó la Liga con Pepe Mel, el entrenador del ascenso, en el banquillo y el esperanzador inicio se fue torciendo durante el mes de diciembre. Las diferencias del técnico con el director deportivo, Eduardo Maciá, acabaron por hacer imposible la convivencia, lo que llevó al despido de Mel por la puerta de atrás.

Con cinco puntos de ventaja con respecto a la zona de descenso, pero con un equipo en una dinámica negativa, Juan Merino asumió el cargo de manera interina, aunque su dedicación -y también la incapacidad de Maciá para encontrar un recambio de garantías- lo acabó convirtiendo en permanente. Con sus vaivenes, el linense fue ganando finales. Sin brillantez pero haciendo que el equipo compitiese cuando era debido, el Betis de Merino alcanzó la permanencia sin tantos apuros como se temió en algún momento de la campaña. Si la nota final de los verdiblancos difícilmente se coloca por encima del aprobado, la del entrenador linense y su cuerpo técnico -Alexis, Capi y Asián- sí se acercaría hasta el notable, pese a algún borrón que quedó en el camino, con esos 25 puntos sumados en la segunda vuelta.

Pese a tratarse de un recién ascendido, la elevada inversión realizada en el verano colocaba el objetivo en un punto más alto y no sólo clasificatorio. La idea pasaba por construir los cimientos del Betis de las próximas temporadas, una cuestión que deberá repetirse este verano, ante el fracaso de las contrataciones de Maciá. Piccini -que ya jugó el año anterior-, Pezzella, Westermann, Tarek, Vargas, Digard, Petros, Van der Vaart, Joaquín y Van Wolfswinkel llegaron durante el periodo estival, mientras que Montoya, Musonda y Leandro Damiao se ficharon en invierno para enmendar algunas de la deficiencias existentes en la plantilla. De todas esas incorporaciones, apenas algunos de ellos entrarán en los planes de Miguel Torrecilla y Gustavo Poyet y tampoco en posiciones de primera línea.

Si la competición liguera se salda con el objetivo mínimo, el torneo copero evidenció la falta de nivel de la plantilla. Tras vencer al Sporting en una eliminatoria plagada de suplentes, el bombo colocó un derbi en la ronda de octavos de final. La abismal distancia con el Sevilla provocó que apenas existiera competencia y el encuentro de vuelta en Nervión dejó un bochorno para los aficionados que le tocó a lidiar a Merino, recién llegado al banquillo.

En un análisis de la plantilla, apenas algunos jugadores habrían respondido a las expectativas. Además de Adán y Rubén Castro, muy por encima del resto, Bruno, N'Diaye, Dani Ceballos sí habrían cumplido con sus roles, al igual que Musonda y Montoya tras sus llegadas en invierno. Otros jugadores como Cejudo o Petros también acabaron la temporada de manera aceptable, mientras que un caso distinto es Joaquín.

El portuense, con un regreso por todo lo alto, comenzó siendo actor principal del Betis de Pepe Mel, aunque luego su rendimiento, entre lesiones y pérdida de confianza, fue a menos. En la recta final volvió a elevar su nivel, aunque todavía lejos del exhibido en años anteriores.

Las cifras también revelan esa mediocridad predominante. Con 34 goles a favor, el Betis ha sido el conjunto menos realizador de Primera; los 62 encajados lo dejan también como uno de los más goleados de la categoría. De las once victorias en toda la temporada, sólo tres llegaron por más de un gol; mientras que el balance de los derbis se saldó con tres derrotas -una en la Liga y dos en la Copa del Rey- y un empate.

La plantilla uno por uno

Adán: Un seguro de vida para la salvación

Pese a algún error puntual, el meta completó con nota su primera temporada en la máxima categoría. El que más para de la Liga fue una pieza clave para alcanzar la permanencia.

Dani Giménez: Cumplió con su rol de suplente

Cuatro encuentros de Liga y dos de la Copa del Rey fueron las actuaciones del gallego, que cumplió otro año más con ese rol de suplente. Su profesionalidad y carisma lo han hecho renovar.

Molinero: Sin hacer ruido jugó 23 partidos

No seguirá la próxima temporada, pero el lateral acabó participando en más partidos de lo esperado. Mejor en ataque que en defensa, deja un buen recuerdo por su compañerismo. 

Piccini: Irregular hasta su grave lesión

Indiscutible para Pepe Mel mientras estuvo en condiciones, el italiano alternó buenas actuaciones con días grises. Una grave lesión lo dejó fuera desde el pasado mes de enero.

Montoya: Un refuerzo para ambos laterales

Fichado en enero tras la lesión de Piccini, el lateral del Barcelona fue titularísimo para Merino, ya fuera en el lateral diestro, su posición natural, o en el izquierdo, donde cumplió.

Pezzella: Por debajo de las expectativas

Aunque acabó siendo indiscutible para Merino, el argentino dejó dudas sobre su rendimiento, sobre todo en defensa. Las altas expectativas de su fichaje lo perjudicaron.

Westermann: Un alto precio para media temporada

Titular desde su estreno ante la Real, la lesión que sufrió ante el Barcelona lo acabó dejando fuera media temporada. Su alta ficha lo convierte en uno de los descartes del próximo año.

Bruno: Continúa con su crecimiento 

Pasó de ser casi el último central de la plantilla a indiscutible en el once, lo que le sirvió para ganarse la renovación. Otro año de crecimiento en su estreno en Primera División.

Tarek: Una apuesta que retrata a Maciá

Inédito con la camiseta verdiblanca, el egipcio simplemente no tenía nivel táctico para jugar en el fútbol europeo. Cedido en enero a la MLS, también ha acabado siendo descartado allí.

Vargas: Su indisciplina lo hace un lastre

Tiene oficio y calidad el peruano, como así demostró en algunos partidos, pero sus problemas físicos, productos de su indisciplina, lo convierten en un lastre para el vestuario.

Varela: Muy verde para jugar en Primera

Le ganó la batalla a Álex Martínez durante el verano, pero al lateral le vino grande la máxima categoría. Saldrá en verano para curtirse en algún equipo de Segunda.

N'Diaye: De discutido a indiscutible

Llegó a la pretemporada con el cartel de transferible, pero el francés ha sido pieza clave en la temporada por su despliegue físico. Anotó un gol clave en la victoria ante el Granada.

Petros: Con esfuerzo se ganó un sitio

Uno de los fichajes de Maciá que tendrá sitio el próximo año. Su esfuerzo en cada partido le hizo ganarse un sitio, aunque presenta carencias, sobre todo para salir con el balón.

Digard: Las lesiones lo dejaron apartado

Fichado con la vitola de un jugador de jerarquía para el mediocampo, el francés encadenó una lesión tras otra para acabar apartado. El club le buscará una salida.

Jordi: Una salida por la puerta de atrás

Tras quedarse en verano por petición del vestuario, el catalán acabó saliendo en enero por la puerta de atrás. Bajo rendimiento, aunque para Mel estaba por delante de Pezzella.

Xavi Torres: Un recurso ante las ausencias

Uno de los capitanes y con peso en el vestuario, el pivote fue un recurso cuando hubo ausencias en el mediocampo. En principio, abandonará la entidad este verano.

Van der Vaart: Otro gran fracaso de alto coste

El holandés llegó con la vitola de fichaje mediático, pero su aportación ha sido nula. Su altísima ficha incluso viene dificultando encontrarle una salida, al no entrar en los planes.

Portillo: Desaparecido en la segunda vuelta

El malagueño no ha dado el paso adelante que se esperaba en la temporada de su retorno a Primera. Comenzó contando para Mel, pero en la segunda vuelta ha sido testimonial.

Cejudo: Su sacrificio lo colocó en el once

Tras un mal primer año, el extremo llegó más fino al verano y así se fue trabajando su sitio en el once hasta aparecer en muchos partidos. Marcó un golazo contra el Real Madrid.

Vadillo: El descarte no se rebeló nunca

Descartado en verano, el extremo nunca se rebeló ante su situación hasta acabar en el ostracismo. Ahora deberá meditar su futuro para intentar darle un giro a su carrera.

Fabián: El canterano invita a la esperanza

Rescatado por Merino cuando iba a salir cedido en enero, quizá lo que le convenía, el palaciego tiene margen de crecimiento para consolidarse como jugador de la primera plantilla.

Dani Ceballos: De menos a más tras su renovación

Comenzó con dudas tras las dificultades en su renovación, pero el utrerano ha acabado siendo esencial por su visión de juego. El próximo año debe ser el de su consolidación definitiva.

Kadir: Irregular y con poco carácter

Con Merino pareció revitalizarse, sobre todo tras un brillante partido en Villarreal, pero luego cayó en su irregularidad de siempre, producto de su escaso carácter.

Musonda: Su frescura ayudó a la permanencia

Apuesta arriesgada en enero, el belga aportó la frescura y el desborde del que carecía la planificación bética, lo que ayudó a conseguir la permanencia. Su rendimiento bajó en la recta final.

Joaquín: La guinda tuvo que ser la bandera

Su fichaje debió ser un caramelo para los béticos, pero el bajo nivel del equipo lo obligó a asumir más responsabilidad de la debida. Las lesiones también disminuyeron su aportación.

Leandro Damiao: Un millón de euros para el mercado

La alternativa de Maciá en invierno, al que esperó incluso con el mercado cerrado, acabó siendo un sonoro fracaso. Su escaso nivel físico le impidió contar con más participación en el equipo.

Jorge Molina: Adiós tras seis años de goles

El capitán se despidió con el homenaje tanto del club como de los aficionados, después de seis temporadas en el club. Deja el recuerdo de sus goles para dos ascensos y una clasificación europea.

Rubén Castro: Goles y más goles para ser decisivo

La otra pata de la salvación junto al meta Adán. Sus goles volvieron a ser decisivos y, a sus 34 años, en el regreso a Primera demostró que todavía tiene cuerda para rato.

Van Wolfswinkel: Un solo gol en la Liga como bagaje

Fichado a última hora del mercado estival, el holandés nunca demostró el nivel requerido para ser titular. Un solo gol en la Liga como bagaje, también anotó dos en la Copa.

Rennella: De suplente a salir en invierno

Apenas seis partidos, dos de titular, fue su aportación antes de salir traspasado en el mercado invernal. Nunca mostró regularidad pese a que apuntó buenas maneras.

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