Ante el Arsenal, la buena delantera sevillista le ganó el pulso a la deficiente defensa... sevillista. Ayer pasó lo contrario porque mientras el ataque funcionó, en la primera parte, se topó con Diego Alves, y en la segunda parte, todo se vino abajo entre la impericia de Daniel para defender ya amonestado y la impericia de toda la defensa a balón parado. El Sevilla volvió a tirar otro partido. Van ocho derrotas en trece partidos.

Defensa

Daniel, siempre Daniel. Es sin duda uno de los mejores laterales del mundo, pero acaso el defensa menos defensa del mundo. Porque un defensa, simplemente un defensa, no puede ir al cruce como fue en la jugada de la segunda tarjeta amarilla. Y con su expulsión de Villarreal tan fresca en la memoria... Imperdonable. Hasta entonces, el balance defensivo fue muy bueno porque los jugadores de rosa se hicieron con la pelota y llevaron el partido a su terreno. Poulsen se hizo con su zona, junto a Martí dominó esa faceta tan importante de ganar las pelotas divididas y los rechaces y conello la zaga pudo salir de atrás y respirar. Hasta el descanso, el Almería apenas pisó área con el balón controlado.

La desaplicación de Daniel hizo que la defensa defendiera más atrás. Y tanto rondó la pelota el área de Palop que al final llegó el ya habitual error a balón parado.

Ataque

Todo salió según el guión previsto hasta el descanso: desde la posesión de balón, la combinación por fuera y las llegadas. Faltó presencia en el remate (un solo punta) y más centros limpios desde las bandas. Y sobró Diego Alves.

Con uno menos, Jiménez valoró el empate, al tiempo que la zaga se atornillaba poco a poco atrás.

Virtudes

Ataque mejor llevado que resuelto hasta el descanso.

Talón de aquiles

Ese error de Daniel, ese otro error en la marca a balón parado.