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Un desatino desde el inicio

  • El equipo de Mel arrastra el pésimo arranque para acabar goleado.

Quiso sorprender Pepe Mel con la ubicación de Joaquín como segundo delantero junto a Rubén Castro, pero su equipo sufrió un cortocircuito en el arranque del partido que se acrecentó con el tempranero gol encajado tras una mala defensa de Westermann a balón parado.

Ese desatino desde el inicio le acabó costando caro a los verdiblancos, que ya jugaron siempre a contracorriente. La posterior corrección del preparador bético, cuando a los 20 minutos movió a sus piezas para pasar del 4-4-2 al 4-2-3-1, con Joaquín ya en la derecha, puso al Betis cerca del empate, pero sobre el césped sólo Rubén Castro parecía capaz de llevar peligro. Ni Portillo, ni Cejudo ni el propio extremo portuense tenían ayer su noche ni tampoco el gol aparece como la principal cualidad de esa segunda línea.

La posterior entrada de Dani Ceballos quiso mejorar el juego con el balón, pero el Betis se encontró con las dos brillantes acciones de Marco Asensio -realizó una lectura perfecta de los espacios- que finiquitaron el partido pese a los desesperados intentos de los verdiblancos.

Defensa

No fue el día de la pareja de centrales ni tampoco de N'Diaye y bien que lo pagó el Betis. Westermann, desconocido al menos con respecto al jugador de anteriores partidos, no dio una a derechas; Bruno se vio superado por el poderío de Caicedo y por la movilidad de Marco Asensio; mientras que el francés fue un despropósito táctico.

El Betis intentó presionar en zonas adelantadas, principal cualidad de Petros, pero no generó el efecto deseado a la vez que concedió demasiados metros para el contragolpe blanquiazul, siempre bien lanzado tanto por Asensio como por Hernán Pérez, que superó a Varela tanto por dentro como por fuera.

Ataque

Con el 4-4-2 inicial, el Betis no encontró la fórmula para combinar y aprovechar la velocidad arriba; luego, con el cambio y la aparición de Joaquín por la derecha llegaron los mejores minutos del equipo bético, que incluso pudo alcanzar el empate en alguna de las conexiones entre el portuense y Rubén Castro.

Mel trató de recomponer el partido, ya con el marcador en contra, con la entrada de Dani Ceballos, pero el utrerano, que intentó convertirse en la referencia, se vio superado por los acontecimientos del encuentro.

El arreón final con Van Wolfswinkel y Rennella en el césped sólo sirvió para que el holandés fallase un remate sencillo y que luego el franco-italiano maquillase el marcador.

Virtudes

El arreón de los últimos 25 minutos del primer tiempo, cuando mereció el empate.

Talón de Aquiles

Si ya saltó al césped desubicado, el gol del Espanyol lo acabó de tumbar. Mal balance defensivo de todo el equipo.

Uno por uno

Adán Con la duda de si pudo hacer más en el primer gol.

Piccini Sin referencia a la que cubrir dejó espacios a su espalda para incorporaciones sin peligro.

Bruno Superado por Caicedo y por la movilidad de Asensio.

Westermann Nada parecido al central de otros días. Despistado, feble y tomando siempre malas decisiones.

Varela Hernán Pérez le ganó la partida.

Cejudo Pagó los platos rotos del mal planteamiento inicial.

N'Diaye Desubicado por querer llegar a más sitios de los que le corresponde.

Petros Mucho trabajo pero escaso criterio. Debe serenarse.

Portillo Quiso tener el balón pero no encontró socios.

Joaquín Mejoró cuando se escoró a la derecha y luego volvió a desaparecer.

Rubén Castro El único al que se le intuyó peligro.

Dani Ceballos Quiso imponer el ritmo pero se vio superado.

Van Wolfswinkel Un remate de cabeza que lo señala.

Rennella Un gol testimonial.

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