Cajasol - vef riga · la crónica

Esas ganas hasta mayo (95-83)

  • Respiro El Cajasol se lame las heridas ligueras ante el colista del grupo europeo y mantiene las opciones de acabar incluso primero Bazas Los robos y la recuperación de los interiores, gratas noticias

No hay que darle mayor importancia a que el resultado final no fuera lo abultado que debió ser. El VEF Riga menguó el margen debido a esos errores derivados de la relajación final y de lo mucho que meneó Joan Plaza el banquillo. La gran noticia es que el Cajasol lamió sus heridas ligueras ante un rival peligroso por más que cierre la clasificación del grupo europeo. Forzando la máquina, es posible que los sevillanos hubieran ganado por más de 30, aunque lo pretendido no era apabullar al conjunto letón, sino recuperar el pulso perdido en el primer cuarto de la competición española.

Lidera el Cajasol el cuarteto tras la victoria checa ante el Hapoel y mira con otro ánimo el encuentro dominical ante el líder, el Caja Laboral, al que se le da bien San Pablo. Esas ganas que empleó el conjunto hispalense en muchas fases del partido, birlando un sinfín de balones gracias a la presión en el saque de fondo de los visitantes, no tiene que darse en situaciones puntuales, sino hasta mayo, cuando acaba la fase regular de la ACB, pasando por abril, cuando se celebra la Final Four de la Eurocup, un sueño que no es utópico si la actitud es la adecuada, la de anoche. De hecho, era el sello de este equipo el anterior curso y debe ser el mismo ahora por más que la planificación se pergeñara para trabajar menos atrás y embocar más bolas en el aro del rival.

Jugó en equipo, lo solicitado en estas páginas en la víspera, pero sobre todo defendió como equipo cuando necesitó marcar las diferencias con el anárquico grupo dirigido por Rimas Kurtinaitis, que vio mediado el primer cuarto que la velocidad, la marcha impuesta por los locales, era bastante más exigente que la propia. Kirksay, cuestionado esta temporada en los choques a domicilio, destiló su mejor baloncesto para empezar a alargar la distancia en los minutos finales del acto inicial.

El objetivo de Plaza era recuperar esas sensaciones colectivas y no le vino mal que 48 horas después del patinazo en Fuenlabrada tocara el adversario más endeble de la Eurocup. La batería interior de los cajistas ha padecido un discretísimo arranque de temporada y al técnico catalán se le metió entre ceja y ceja que pintaba calva la ocasión para jugar para ellos, para los cuatro pívots que han estado en tela de juicio por motivos diversos. Disfrutaron los cuatro y sumaron nada menos que 24 de los 30 puntos que anotaron los hispalenses en los 10 minutos que abrían el encuentro.

Además, también insistió el cuerpo técnico en la estrategia de defender con presión la salida del balón en el saque de fondo del VEF hasta la media cancha. Hubo robos de todos los colores, incluido uno sin mirar de Kirksay en el último cuarto.

Rotó y rotó el entrenador para que nadie rebasara los 25 minutos. Obviamente, el VEF aprovechó la participación de los menos habituales para estrechar las diferencias, que llegaron a ser de hasta 23 puntos. El compromiso del Cajasol, haciendo un balance general, fue bastante alto, mejorando de calle las prestaciones de anteriores envites, aunque haya que seguir limando conceptos en los entrenamientos como no aturrullarse en la presión defensiva o mantener más la calma cuando el equipo va 20 arriba, ya sea con el VEF o con el Gran Canaria.

A Bullock, por cierto, se le sigue echando de menos y debe ir cogiendo el tono más pronto que tarde para sacar las castañas del fuego en alguna ocasión. De momento, las ganas y el juego en equipo dieron una crucial victoria.

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