Mientras la planificación del primer equipo está patas arriba -figuradamente hablando- en pleno proceso de búsqueda de un entrenador y un nuevo modelo, el filial disfruta una aventura apasionante. Diego Martínez (Vigo, 16-12-80) gestiona las emociones, los talentos, las fortalezas y también la inexperiencia de un grupo de chicos empeñados en hacer historia. El domingo, con la renta de un 0-1 nada menos que en Las Gaunas, el Sevilla Atlético puede quedarse a un paso de la Segunda División.

-De sufrir por la permanencia a soñar con el ascenso...

-Lo que estamos consiguiendo supera todas las expectativas, pero nos lo hemos ganado con nuestro rendimiento. El año pasado recuerdo una frase de Monchi en verano cuando planificábamos. Decía que iba a ser "un año muy duro" porque éramos el equipo más joven de los cuatro grupos. Este año lo hemos sido del nuestro. Entonces asumíamos que había carencias en algunos puestos y que en algunos casos adelantábamos los plazos de formación en contra del propio desarrollo del futbolista. Pero al conseguir esa permanencia lo sentimos como un título. Costó muchísimo esfuerzo. Siete filiales descendieron, cinco este año… De 18 descensos en los cuatro grupos es un porcentaje alto.

-El cambio fue muy significativo.

-Manteniendo el 80% de esos jugadores con un año más de formación y de adaptación a una dinámica de trabajo, los aciertos que se han tenido en los que se han incorporado, más el hecho de que empezáramos bien el año con un calendario fuerte y difícil... nos hizo superar las expectativas. Ese inicio nos dio mucha confianza y desde ahí hemos ido construyendo poco a poco nuestra identidad.

-Ahora con el plus de la capacidad de enganchar a la afición que tiene un play off de ascenso.

-Es que con ella somos mucho mejores. En eso es verdad que el hecho de que coincidiera la final de la Copa con el partido ante el Socuéllamos hizo que nos faltara un poco de ambiente. Pero es cierto que este equipo contagia, transmite y tiene una idea muy marcada. Independientemente de cómo se ponga el partido es un equipo que domina o por lo menos se maneja en muchas facetas del juego y eso se transmite y creo que hace que el público se identifique con nosotros. Al principio de temporada les dije: "Quiero que el equipo emocione", y eso lo hemos conseguido plenamente. Hemos tenido 4 derrotas en todo el año, hemos sido un equipo regular y creo que el domingo, ante un Logroñés con el que hace un año estábamos en universos diferentes, nosotros por no bajar y ellos en fase de ascenso, es un lujo que luchemos por lo mismo. Para brindárselo a la afición.

-Fue espectacular la despedida en el hotel Los Lebreros...

-Fue una sorpresa para los jugadores. Yo lo que tengo grabado son las caras. Cuando dobla el autobús y ven a los biris, con pancartas... es increíble. Te ilusionas por ellos. Yo con el primer equipo también he vivido momentos muy emotivos, pero en este caso disfruté mirando sus caras. Ahí no hace falta charla motivacional. Yo les digo que esos momentos pasan, los tienes que disfrutar y la forma de devolverlo es darlo todo en el verde. Ese impulso que nos dieron allí y toda la gente que se desplazó a Logroño hizo del pasado un fin de semana muy especial.

-¿El resultado es un riesgo?

-La eliminatoria está igual de abierta y nuestro plan es el mismo, queríamos ganar la ida y queremos ganar la vuelta. Es un gol y pueden pasar muchas circunstancias. Sí es cierto que estamos preparados para afrontar todo tipo de escenarios porque así lo dicen los 41 partidos anteriores, en los que tuvimos muchas adversidades. Me gustó su reacción en Logroño, porque es difícil que un equipo tan joven estuviese tan sereno. Analizando otros play offs, hay equipos que no se comportan como durante el año por nervios, presión o lo que sea. Y éste sí lo ha hecho.

-Este equipo tiene, encima, el plus de aportar jugadores al primer equipo con lo difícil que es en el modelo actual del Sevilla.

-Somos un club canterano, otra cosa es que la exigencia a día de hoy por la dimensión que ha tomado hace muy difícil acceder a una plantilla plagada de internacionales. A mí me gusta decir que nuestro objetivo es la "transformación" en jugadores profesionales. Es una formación mucho más compleja, no sólo en acciones del juego, sino mentalidad, forma de vida, competir con internacionales que a lo mejor no están jugando habitualmente... Ha habido un flujo muy natural en entrenamientos y en partidos y para mí lo mejor es que han cumplido. Se han creado su propio espacio y el mejor síntoma es que equipos de Primera y Segunda se han fijado en ellos, que además ven que suben escalones.

-Y el mismo mérito es saber bajarlos. Curro fue a la final de Copa y también jugó en el juvenil.

-Eso no es fácil, pero han tenido una mentalidad muy buena en los dos caminos. El equipo está por encima siempre. Hablaba con un seleccionador y coincidíamos en que en un filial y en una selección el proyecto personal, el ego, suele estar por encima del colectivo y aquí no. Y es mérito de ellos. Ivi, Diego, Curro, Carlos, Borja... David Soria estaba en Socuéllamos animando a sus compañeros.

-Sistema de competición muy duro, rivales grandes... pero igual un filial es para temerlo.

-La experiencia es muy importante, manejar la presión ambiental, la trascendencia... el Logroñés tiene jugadores que han estado en categorías superiores, pero vamos a dejar nuestro talento y nuestra opción de hacer historia. Hemos sido el equipo que menos ha perdido en Primera, Segunda y Segunda B; el segundo máximo goleador de nuestra categoría, clasificado con tres jornadas de antelación... Son datos que no tienen trascendencia en una eliminatoria, pero que tienen un impacto en tu confianza para afrontarlas. Los líderes han caído con nosotros estos dos años y casi todas las victorias fueron en campos grandes y con solera.