La lesión en la muñeca de Kobe Bryant incrementó el caos en las filas de los Lakers, que comienzan la temporada el domingo ante los Bulls emocionalmente afectados por situaciones internas del plantel.

Bryant, de 33 años y un largo historial de traumas físicos, sufrió el lunes un desgarro en el ligamento de la muñeca derecha al caer al suelo, después que el pivot de los Clippers, DeAndre Jordan, le bloqueara. La resonancia magnética reveló un desgarro del ligamento lunotriquetral, un grupo de pequeños tejidos que conectan los huesos de la muñeca.

Aunque Bryant se presentó en la cancha el martes e hizo el calentamiento previo, después desistió de los tiros a canasta junto a sus compañeros, al sentir dolores en la zona afectada. La noche del miércoles Bryant ni siquiera se puso el uniforme del equipo en el segundo enfrentamiento ante los Clippers, que nuevamente salieron victoriosos 108-103.

"Nada puedo decir sobre Bryant hasta el domingo", se disculpó ante los medios el técnico de los Lakers, Mike Brown. "En las próximas horas podremos tener una idea más clara de cómo evoluciona la lesión, si puede jugar o es preciso darle descanso extra".

Primero fue el cierre patronal que se extendió por varios meses. Después la incertidumbre del frustrado traspaso de Pau Gasol y Lamar Odom y ahora la lesión de Bryant. Para incrementar la tensión, algunas fuentes señalan que existen conversaciones para enviar a Pau Gasol a los Bulls en un intercambio por el también ala-pivot Carlos Boozer y el alero Kyle Korver. Encima Brown no podrá contar con Andrew Bynum, quien debe cumplir una sanción de cinco partidos por golpear en el rostro de forma intencional al base puertorriqueño Juan José Barea.