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Nueve meses después, el Borussia Park

  • El Sevilla viaja a Mönchengladbach en busca de ese triunfo a domicilio que no llega con la defensa en cuadro y el proyecto en vilo. El curso pasado arribó al mismo escenario con cinco derrotas viajeras precedentes y ganó.

Hace nueve meses, el Sevilla afrontaba con similares nervios el mismo viaje que hoy realiza a Alemania. El destino, Mönchengladbach, ponía en vilo la continuidad en la Europa League de un equipo que, como ahora, estaba en una de esas rachas negativas en las que parece imposible que vaya a torcer su feo destino. Sin embargo, este mismo equipo ha sido capaz ya de darles la vuelta a muchos malos augurios y a eso se apresta cuando a las nueve de la mañana el avión despegue de San Pablo rumbo a la ciudad de la Cuenca del Ruhr. El agravante en este caso es que no sólo la continuidad europea está en el filo de la navaja, sino el crédito de un proyecto estelar que sería difícilmente sostenible si el Sevilla se queda fuera de los bombos continentales, ya sea de la Champions o del torneo del que es tetracampeón.

Sólo cuatro goles como visitante (Levante, Eibar, Villarreal y Manchester City), ningún triunfo, cinco derrotas (Las Palmas, Turín, Manchester, Villarreal y Anoeta) y tres empates (Málaga, Levante y Eibar) es el paupérrimo bagaje con el que arribará el Sevilla al Borussia Park, un escenario que se apresta a su particular venganza después de la eliminación en los dieciseisavos de final. Entonces, el equipo de Unai Emery estaba mejor en la Liga, era quinto, aunque el Valencia le había tomado una sustancial ventaja en la pugna por el cuarto puesto y el Villarreal lo acechaba por detrás. Entre otras cosas porque el conjunto de Emery estaba metido en ese momento en uno de sus baches. Tras el 1-0 de la ida, afrontaba la vuelta pleno de dudas por las cinco derrotas que acumulaba seguidas entre Copa y Liga como viajero. La mala racha comenzó el 22 de enero al caer por 3-1 en Cornellá ante el Espanyol en la Copa; tres días después volvería a caer en Valencia por idéntico resultado; perdió por 2-1 el miércoles 4 de febrero en el Bernabéu el partido aplazado con el Madrid por el Mundial de Clubes; cuatro días después, de nuevo viaje a la capital de España para perder con el Getafe por 2-1; y, ya por último, nueva frustración en Anoeta, donde, jugando un buen partido, perdió por 4-3, siendo éste el inmediato precedente al partido en Mönchengladbach, que se jugó el 26 de febrero.

Como entonces, Anoeta se presenta como la decepcionante antesala de un partido crucial, más ahora si cabe. El Sevilla necesita ganar para asegurarse al menos la tercera plaza y la disputa de la Liga Europa. Aun perdiendo, mantendría posibilidades para esto hasta la última jornada, pero debería ganar a la Juventus y que el Manchester City se tomara en serio el último partido del grupo frente a los alemanes y los doblegara. Para no entrar en ese juego de cábalas, el equipo de Emery debe salir al Borussia Park olvidando todo ese bagaje negativo a domicilio y recordando la proeza de hace nueve meses, cuando sorprendió al por entonces también lanzadísimo Mönchengladbach.

Como precedente más inmediato, el grupo de Emery puede agarrarse a la excelente imagen que dio en el Etihad Stadium, donde casi sorprende al Manchester City. Sólo le faltó acierto arriba, como en otras tantas citas a domicilio, y más inteligencia para no desperdiciar la renta de un punto que habría sido vital y que dilapidó por ir a buscar al rival en los estertores del partido, porque perder en una contra en casa del City hizo daño.

El agravante con respecto a hace nueve meses es que la defensa del Sevilla está completamente en cuadro. La grave y desafortunada lesión de Andreolli deja a Emery poco margen en el eje de la zaga. El club, lógicamente, esperará a ver qué ocurre en la Champions y no moverá pieza hasta saber cuántos frentes competitivos tiene abiertos en enero, fecha en la que será necesario que acuda al mercado para reforzar la zaga, aunque la pieza a elegir la dictaminará el resultado del equipo en Mönchengladbach en gran medida.

Si pierde y se queda sin opciones europeas, es improbable que se refuerce con un central de alto nivel. Entre otras cosas porque Carriço ya estará en enero disponible y no sería tan necesario si el equipo no está en Champions ni en la Liga Europa. Lo que sí es evidente es que un proyecto con futbolistas del caché de Llorente, Konoplyanka o Immobile difícilmente se sostendría sin el acicate europeo, y eso también estará en juego mañana en el Borussia Park, un infierno que ya acalló el Sevilla hace justamente nueve meses.

Los 22 disponibles viajan; habrá cuatro descartes

Krohn-Dehli, Luismi, Escudero, Cristóforo y Juan Muñoz son las cinco novedades que presenta la lista de 22 futbolistas que viajan a Alemania. Unai Emery preconvocó a todos los futbolistas sanos de que dispone tras la lesión de Andreolli, y tendrá que hacer cuatro descartes. Ayer entrenó con el primer equipo el central Diego González, pero no lleva el tiempo mínimo en la cantera para ir en la lista B de la UEFA. Sergio Rico, David Soria, Coke, Mariano, Luismi, Rami, Kolodziejczak, Escudero, Tremoulinas, Krychowiak, N'Zonzi, Cristóforo, Iborra, Krohn-Dehli, Banega, Vitolo, Reyes, Konoplyanka, Juan Muñoz, Immobile, Gameiro y Llorente. 

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