Será un Real Madrid todavía deprimido por la derrota en Liga de Campeones, que jugará con sus suplentes y que reservará a un tocado Cristiano Ronaldo: ¿podrá en esas circunstancias el Atlético de Madrid romper mañana la maldición de casi 14 años sin ganar a su odiado vecino?

Atlético y Real Madrid disputarán un nuevo clásico de la Liga que aparentemente no tiene nada en juego, salvo la honra. Pero en el caso del conjunto rojiblanco sí puede decirse que se juega mucho, por cuestiones relativas al orgullo. Porque hay una generación entera de seguidores del Atlético que todavía no ha visto ganar a su equipo a su mayor enemigo. Lleva 24 clásicos seguidos sin vencer en el clásico capitalino y nueve derrotas consecutivas ante el Real Madrid.

Pero pocas oportunidades como la de hoy tendrá para romper esa racha. Primero, por sus propias virtudes, pues es el mejor Atlético de Madrid desde 1996, cuando ganó el título de Liga. Y segundo, porque delante tendrá a un Madrid disminuido. El equipo de Mourinho llega a la cita con la autoestima baja tras caer 4-1 ante el Borussia Dortmund en la Liga de Campeones. En las últimas horas no habló nada del Atlético y sí de darlo todo el martes para intentar una remontada épica ante el equipo alemán.

Aitor Karanka, segundo técnico del Real Madrid, descartó que el capitán Iker Casillas vaya a ser el portero titular en el derbi y admitió rotaciones en el equipo titular: "Si visteis el partido en Dortmund el puesto de campo que mejor pusisteis todos fue el de Diego López. Eso está claro".

El Atlético de Madrid irá con todo. Próximo a certificar su clasificación matemática para la próxima Liga de Campeones, al conjunto rojiblanco se le presenta el suculento aliciente moral de superar a su vecino en la clasificación, de momento con tres puntos de ventaja para los blancos.