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Aún en octubre y... ¿decisivo?

  • Intenciones El Barcelona busca aumentar su renta a 11 puntos, pero un Real Madrid que va a más quiere alentar sus opciones

Barcelona y Real Madrid afrontarán hoy un clásico determinante para la lucha por el título de la Liga, inmerso en el bullicio político y con el recuerdo de las últimas batallas del Camp Nou bien latente.

Con apenas seis jornadas disputadas hasta el momento, el equipo dirigido por José Mourinho se ve obligado a sumar puntos en tierras catalanas para poder mantenerse con vida en la lucha por el título.

Mientras, un triunfo del Barcelona, líder de la liga con pleno de triunfos, dejaría a los pupilos de Tito Vilanova once puntos por encima de su máximo rival, por lo que las opciones de que el Real Madrid retuviera el título responderían a una hazaña.

"Pensamos en ganar y en nosotros. Pensamos que la victoria sería un golpe de moral perfecto. Es un partido muy importante", aseguró Xavi, pieza clave en el funcionamiento del equipo azulgrana.

A lo largo de los últimos años, el choque de los dos equipos más poderosos de España se convirtió en un lugar común de la élite del fútbol europeo.

Desde la llegada de Mourinho al Real Madrid, hace poco más de dos años, se disputaron ya 13 clásicos: el Barcelona ganó seis; el Real Madrid, tres y se produjeron cuatro empates.

Asimismo, en los choques en el Camp Nou se vivieron sucesos trascendentales para forjar la bipolaridad indiscutida del reinado del fútbol español.

El carrusel de partidos disputados en Barcelona en las últimas tres temporadas incluye imágenes inolvidables en la historia reciente del clásico: desde la goleada con humillación incluida del Barcelona por 5-0, en 2008, y el dedo de Mourinho en el ojo de Vilanova en la Supercopa de España de 2011, hasta el "Yo, calma" de Cristiano Ronaldo, después de anotar el gol que conduciría al Real Madrid al título de liga la temporada pasada.

Como si con la sustancia deportiva no bastara, el partido también estará condimentado por un clima de tensión política entre las dos ciudades más importantes de España.

El clima de reivindicación independentista surgido con fuerza en la región de Cataluña durante los últimos meses incrementó la tensión del partido, al menos desde las gradas.

Asimismo, mientras el Barcelona preparó para el ingreso de los equipos un despliegue de cartulinas rojas y amarillas que teñirán las gradas del Camp Nou con los colores de la bandera de Cataluña, los protagonistas de ambos clubes prefirieron mantenerse al margen de una posible confrontación política. "Yo no pienso en nada de eso. Para mí esto se trata sólo de fútbol, no hay nada de política", sentenció Mourinho en rueda de prensa.

Un duelo ya clásico de este partido volverá a ser el de las estrellas Messi y Cristiano Ronaldo, que se verán las caras por última vez antes de que se descubra el misterio sobre el ganador del Balón de Oro 2012.

Hasta el momento, el portugués suma 12 goles en la temporada (seis en la Liga, cuatro en La Liga de Campeones y dos en Supercopa de España), mientras que el argentino, que buscará su cuarto Balón de Oro consecutivo, cosecha 10 (seis en la Liga, dos en la Liga de Campeones y otros dos en la Supercopa).

En el aspecto deportivo, el Barcelona afronta el duelo con una estabilidad mucho más notoria que su rival. Pese a la difícil sucesión en el banquillo de un hombre como Pep Guardiola, el equipo azulgrana llegará al choque después de haber ganado todos sus encuentros del campeonato y los dos de la Liga de Campeones.

El único traspié de Vilanova como máximo referente del banquillo azulgrana se vivió hasta el momento en la derrota de la Supercopa, precisamente contra el Real Madrid.

La principal duda de los azulgranas recae en la defensa. Con Puyol descartado por una luxación de codo, el Barcelona esperará hasta último momento a Piqué, quien realiza un proceso de recuperación exprés de un esguince en el tobillo izquierdo.

Por su parte, el Real Madrid afronta el compromiso después de haber superado un temporal, contaminado por derrotas inesperadas ante el Getafe y el Sevilla, un cortocircuito entre Mourinho y un referente como Sergio Ramos y la ausencia por momentos de la intensidad característica del equipo blanco.

En algo ya habitual en la actual temporada, Mourinho guardará hasta último momento la conformación del mediocampo para afrontar el duelo.

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