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Un partido para hombres

  • El Sevilla, con la presión de conocer todos los resultados, busca en un repleto y volcado Reyno de Navarra su pasaporte europeo · Manzano, de nuevo, ha de tirar con lo que hay.

Perder con el Real Madrid, dejando a un lado la forma, entraba dentro de lo lógico y que lo hiciera el Espanyol en el Camp Nou, también. Así pues, la final de hoy se veía venir. Se trata de un partido serio, todo un tío, como se suele decir en el argot taurino, y ahí es donde hay que ver el temple de un equipo que fue vapuleado el pasado sábado como nunca lo había sido en su propia casa pero que también ha mostrado carácter en los últimos años para sacar adelante citas complicadas como la de hoy. Osasuna se juega la vida al calor de su gente, en un Reyno de Navarra que presentará un lleno atronador. Pero el Sevilla debe sacar fuerzas de flaqueza y demostrar que este mismo equipo, o algo parecido, fue capaz de ganar en Mestalla hace poco, de eliminar de la Copa al Villarreal o de salir airoso de otros campos nada plácidos como La Rosaleda, hasta en dos ocasiones este curso. Y Kanoute estará llevando el brazalete de capitán, como banderín de enganche para la fe sevillista.

El equipo de Gregorio Manzano, muy mermado por las bajas de Jesús Navas, Rakitic, Cáceres y ahora Fernando Navarro, entre otros, tiene el primer match ball, pues incluso podría certificar hoy mismo su pasaporte europeo, para lo que tendría que ganar en Pamplona y que el Espanyol perdiese ante el Valencia en Cornellà. No es tan descabellado esto segundo, puesto que el conjunto che se juega la tercera plaza, es decir, evitar esa previa de Champions que tan mal parado dejó al Sevilla el pasado agosto ante el Sporting de Braga, un convidado de piedra a priori que se ha plantado en la final de la Liga Europa cinco años después de que Javi Navarro levantara la primera UEFA. Ayer se cumplió un lustro de aquello. Cómo pasa el tiempo.

Pero eso queda ya muy lejos y la realidad dicta que hoy, con o sin Perotti, el Sevilla debe salir con la vergüenza torera en todo lo alto y responder al acicate que debió suponer ver el Sánchez-Pizjuán cantando más fuerte conforme Cristiano Ronaldo iba marcando muescas en su culata. José María del Nido no desaprovechó la ocasión el lunes para recordarles al entrenador y al equipo que están en deuda con esa afición que en otros tiempos no tan lejanos hubieran hecho temblar los mismos cimientos del Pizjuán pero de ira. Habría bastado que el del banquillo fuera otro técnico de origen mucho más cercano y acento sevillano, no jiennense. En otra goleada mucho menos indigna y más peleada sonó lo de "Fulano vete ya" muchísimo más fuerte. Enfrente estaba Juande Ramos y la ilusión por la cercana era de los títulos tenía los rescoldos muy encendidos, quizó eso influyó algo.

Ahora los tiempos son otros y el sevillismo ya se ha hecho a la idea de que el equipo da lo que tiene, que Manzano ya firmó su propia sentencia en Mallorca o Getafe, qué más da, y también opina que, tras los fallos de la planificación, es mejor mirar para el futuro, hacia ese nuevo proyecto con el que quien más se ilusiona es el mismísimo José María del Nido. Pero para que ese futuro se muestre tan esperanzador hace falta que el equipo esté en Europa, y eso no deberían olvidarlo muchos de los que seguirán en la plantilla el curso próximo, varios de los cuales jugarán hoy.

Enfrente está Osasuna, que se ha manejado históricamente muy bien en las movedizas arenas del descenso. En los dos últimos partidos respondió ante la adversidad y por tercera jornada consecutiva jugará conociendo el resto de resultados. Y esa presión, que han sabido manejar los navarros, es la que debe administrar correctamente el Sevilla, que quiere lo mismo que su rival, ganar hoy para no tener que jugarse otra final más adelante de tintes más dramáticos. Al descanso ya se sabrá qué pasó en Cornellà.

Osasuna enlazó dos triunfos seguidos, contra Valencia y Zaragoza, después de no haber sumado ni un punto en las cuatro anteriores jornadas. Y este dato por sí mismo ya ilustra sobre su capacidad de supervivencia, que parece inscrita a fuego en los genes de los que pertenecen a este club.

Por lo demás, queda saber cómo responderá hoy prácticamente el mismo equipo que fue humillado el sábado, con algún matiz. Perotti sigue siendo duda y Alfaro podría entrar para que Capel vaya a su lado natural. Todo lo demás será sacar hombría y calidad, temple y valor. La cita lo requiere.

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