Osasuna | sevilla · A ras de hierba

Por la vía del mejor toque

  • Los tres cambios fueron una apuesta por un fútbol diferente al estilo hasta ahora conocido del Sevilla de Jiménez · Duda avivó la estrategia y el remate en general

Con el fútbol puede pasar que nadie sepa hacia dónde discurre y dónde terminará. Manolo Jiménez irrumpió en el banquillo del Sevilla con una exhibición de carácter, presión y agresividad que sirvió para comerse a un rival, el Valencia, que llegaba a Nervión con un pleno en sus salidas. Después, salvo excepciones ante Real Madrid y Arsenal, dos equipos de fuste que dejaron de alguna forma jugar, el fútbol de los blancos se atascó hasta el punto de recibir feroces críticas encaminadas tanto a falta de ambición como a errores en las decisiones del técnico.

Pero llegó el segundo tiempo de Pamplona y lo cambió todo. ¿Quién puede decir que sabe perfectamente quién es quién en este Sevilla? Que Capel se quedara en tierra y que viajara Duda fue uno de los primeros gritos puestos en el cielo para que lo escuchase un técnico al que, peligrosamente, se le empieza a discutir hasta las convocatorias. Y resulta que, volviendo a ese inicio agresivo y corretón de Jiménez que llegó a atascar el cuello de botella impidiendo la salida al fútbol, surge del Reyno de Navarra un matiz a tener en cuenta en el futuro. Duda y Maresca, sobre todo el portugués, dieron al fútbol del Sevilla una dimensión que estaba olvidada incluso con Juande Ramos. El toque frente al músculo y la manera en que el Sevilla supo llevar el partido hacia su terreno iban a marcar la inyección de aire que ahora mismo tiene en sus pulmones el sevillismo que ha visto cómo se le ha ido el primer tercio de Liga sin poderlo agarrar.

Desde la salida de Duda, el Reyno de Navarro temió cada ataque del Sevilla. Recién repuesto de una lesión, el portugués ha pasado casi desapercibido su recuperación porque, a diferencia de los Javi Navarro o Kanoute, casi nadie lo echa de menos. Jiménez sí. En su llegada al banquillo ya avisó de que el Sevilla tenía la suerte de tener en su nómina de futbolistas al mejor especialista a balón parado de la Liga, pero también a uno de los mejores pasadores con la pelota en movimiento. No tiene la velocidad de Adriano, pero también puede decirse que el golpeo de balón del brasileño está a años luz del ex malaguista. Anoche, fue el Duda que prácticamente ganó buena parte de la Supercopa de España en dos magníficas actuaciones ante el Real Madrid en las que todavía busca una explicación Sergio Ramos. Fue el Duda que rescató al Sevilla frente al Getafe con tres centros de gol y por eso el Sevilla volvió de Pamplona con otro aire tras ese segundo tiempo esperanzador y de frescura.

Acrecentó su lista de asistencias de gol con un gran pase a Jesús Navas que el palaciego convirtió en el empate, pero inquietó cada vez que los rivales sentían que el balón llegaba a sus pies, ya fuera con las marcas cogidas o en movimiento. Espectacular fue la falta que lanzó al larguero cuando el sevillismo sentía que la suerte podía estar de cara por una vez y mucha intención tuvo el disparo con que resolvió un taconazo de Navas que lo dejó al borde del área y con Ricardo a media salida.

El extremo fue otro de los que adecentaron la noche. Desde su salida impuso respeto y en la primera mitad ocupando la banda de Adriano ya había logrado que dos navarros tuvieran tarjeta. Luego se alió con ese fútbol con que los Duda y Maresca relevaron al de Poulsen y Keita, que todo es necesario en este deporte. Tres cambios que le dieron otro aire. Todavía hay mucho que mejorar, pero estos hombres le dieron al Sevilla más fluidez... Aunque hay gustos para todo.

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