Provincias

Colores malagueños para un serial repetido

Antonio Méndez Nieto

Director de Málaga Hoy

Blanco o azul. A ese dilema se enfrentaron los poco más de 200 habitantes de Júzcar, un municipio malagueño en pleno Valle del Genal, escogido por Sony Pictures para el estreno mundial en verano de la película sobre los pitufos. Las casas de la localidad perdieron la cal para adoptar la intensidad del color que ha hecho famosos a estos personajes de los dibujos animados. Y de un pueblo tranquilo, con una vida apenas alterada por la presencia de los amantes de la naturaleza, a integrarse en una ruta turística multinacional. Pocas oportunidades de elegir ofreció este 2011, que no pasó por la cartelera de la vida malagueña como un largometraje de estreno sino como una entrega más de la serie de terror económico inaugurada en 2008 con rotundo éxito y cuyo capítulo final no se adivina. El único escenario en el que no faltó un solo día el trabajo y por el que pasaron incesantemente actores principales y secundarios fue la Ciudad de la Justicia, desde Malaya a Del Nido, sólo que sin alfombra roja.

La radiografía provincial deja poco lugar a dudas de la profundidad de la herida abierta por la crisis en el modelo productivo de Málaga. Un 6% más de paro en un año, con 195.000 desempleados, según los datos del Ministerio de Empleo, sensiblemente inferiores a los de la Encuesta de Población Activa, en la que el porcentaje que se encuentra sin trabajo supera el 30%. Caída de las matriculaciones de vehículos en más de un 21%. Por cada coche nuevo se compran tres de segunda mano, con lo que el parque móvil ha envejecido. Apenas 1.186 viviendas visadas, menos de un tercio de las registradas dos años antes y casi un 15% de descenso en la continua caída de las ventas de pisos. Aunque el stock de inmuebles sin vender se redujo en unos 6.000 hasta situarse en 15.000, una cifra que mueve a cierto optimismo a la Asociación de Promotores y Constructores para vislumbrar, si sigue la tónica, que en pocos meses regresen al paisaje algunas grúas. Aunque los esqueletos de los edificios abandonados y a medio levantar inundan el litoral, que suspira por la vuelta de compradores europeos a los que busca una campaña llamada Living en la Costa del Sol.

Son algunos ejemplos de la evolución de parámetros en los que tradicionalmente se asentó la economía malagueña para colgarse el cartel de motor económico de Andalucía. Únicamente el turismo soportó y aportó un cierto respiro que no se tradujo en más empleo. Más de nueve millones de visitantes, un 3,5% más que el año anterior, llegaron a Málaga y permitieron un movimiento económico de 8.000 millones, según datos del Patronato de Turismo de la Costa del Sol. El oasis en mitad de un desierto de pérdidas. Algo menos de la mitad de estos turistas se alojaron en establecimientos hoteleros, con ligera mayoría de extranjeros. Sí parece que las sombrías expectativas han servido al menos para impulsar la capacidad emprendedora y cada día nacen una decena de empresas. Por contra, los propios estudios de la Universidad desvelan que los jóvenes licenciados que atesoran un mayor talento emigran a otros países europeos, sobre todo a Alemania, para encontrar un salida laboral. Una fuga de cerebros que se cuenta por varios miles en menos de un lustro y que el Parque Tecnológico de Andalucía o el estrenado Campus de Excelencia Andalucía Tech aún no logran evitar.

2011 tenía una fecha fetiche: el 11 del 11 del 2011, debía arrancar la primera línea del Metro. Pero el coste de los dos minitrayectos previstos, uno para que los vecinos de la populosa barriada de Carretera de Cádiz conocieran el subsuelo de su distrito y, el otro, para que los estudiantes universitarios pasearan en superficie por el campus, provocó que la Junta a última hora pasara el trago de anunciar el aplazamiento de su único proyecto estrella con vías de poderlo inaugurar en la presente legislatura. Un preludio, en lo que se refiere a infraestructuras públicas que supusieron una especie de Canto del Cisne. Después de un ritmo sostenido de casi mil millones de euros durante casi toda la presente década, desaparecen del horizonte en cuanto concluyan las pendientes. Abrieron la hiperronda, la autopista de peaje de Las Pedrizas, y el puerto de la capital estrenó su nueva fachada de ocio y comercial. Falta la conclusión de la segunda pista del aeropuerto y la circunvalación por la barriada marbellí de San Pedro Alcántara. Porque no hay alternativa, y una urbe de la pujanza turística como la citada carece, y así seguirá como mínimo hasta 2020, de una conexión por ferrocarril. El convenio del tren litoral suscrito entre el Gobierno central y la Junta a pocos días del relevo en La Moncloa sonó a firma para la galería.

Marbella sigue con sus arcas exhaustas, sin poder librarse aún de las consecuencias del paso por el Consistorio de Jesús Gil y los posteriores secuaces que le han dejado una deuda con la Seguridad Social cercana a los 300 millones de euros. Por eso, la llegada del jeque catarí Abdullah Al-Thani se ha visto como una oportunidad para activar la economía que no ha querido desaprovecharse. El propietario del Málaga, tras realizar una inversión de casi 150 millones en el equipo de fútbol, cuyas expectativas se diluyeron a medida que concluía el año, ganó con el ayuntamiento marbellí de socio el concurso público convocado por la Junta para ampliar el puerto deportivo de la Bajadilla. Una fórmula de colaboración público-privada con la que el Ejecutivo andaluz intentar paliar el déficit de atraques en el litoral. De momento, el millonario árabe invertirá 84 millones en la actuación aunque su ambición va más allá y entronca con una propuesta urbanística que en el futuro deberá determinarse si es posible acometer. También el jeque "malagueño" pretende construir su futura ciudad deportiva en los únicos terrenos virgen que ofrece la costa en la capital. Tras una disputa entre el Gobierno autonómico y el municipal, el primero decidió proteger el suelo de Arraijanal, donde se había proyectado una marina deportiva y apartamentos de lujo, para dotarlo de un parque metropolitano. Ahora, Al-Thany quiere llevar allí, como primer paso, los campos de fútbol de su futura academia deportiva, pero no renuncia a otros usos comerciales y residenciales para complementar su inversión.

Más que satisfecho salió de las urnas el alcalde de Málaga tras revalidar su triunfo en los comicios de mayo. Sorprendió su decisión, después de negar que el desempeño de su labor municipal eran incompatible con cualquiera otra, de encabezar la lista de su partido al Senado y conciliar ambas labores. Todos los analistas coincidieron en señalar que era el primer paso para una sucesión tranquila en el Ayuntamiento de Málaga, después de reemplazar en 2000 a Celia Villalobos y con un último mandato que, pese a la nueva mayoría absoluta, presentó más sombras que luces. La figura del presidente de la Diputación, Elías Bendodo, se presume alargada ante los acontecimientos que puedan sobrevenir. El epílogo para el munícipe fue el conflicto que amenaza con litigio judicial de imprevisibles consecuencias con una iniciativa que impulsó personalmente: la construcción del Museo de las Gemas en el edificio de la antigua Tabacalera y que al acabar 2011 amenazaba con convertirse en el mayor escándalo de su periodo de gobierno por el desacuerdo insalvable con los promotores de la nueva instalación.

Francisco de la Torre sí pudo cortar la cinta del nuevo Museo Thyssen, aunque apenas un mes después la pinacoteca se vio salpicada por las dimisiones de su directora, María López, y el experto en artes Tomás Llorens. Tampoco el Picasso, la principal pinacoteca andaluza, se salvó de las disputas entre los mecenas, la familia del genio malagueño y el propio director, José Lebrero, para el que llegaron a pedir su dimisión por una exposición sobre la guerra civil. En Júzcar sus habitantes finalmente decidieron en referéndum que en estos tiempos de crisis mejor mantener en sus casas el color azul.

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